El reconocido economista y analista Jeffrey Sachs expuso en el Parlamento Europeo cómo la política exterior de Estados Unidos ha impulsado guerras en todo el mundo. Desde la expansión de la OTAN hasta la desestabilización de Oriente Medio y África, Sachs argumenta que la ambición estadounidense de dominio global ha sido la raíz de múltiples conflictos. Su testimonio ofrece una perspectiva reveladora sobre la geopolítica actual.
Un Análisis Desde la Experiencia
Jeffrey Sachs no habla desde la teoría. Como asesor de gobiernos en Europa del Este y la ex Unión Soviética, su testimonio sobre la influencia estadounidense en la política mundial es el resultado de su experiencia directa.
Desde Polonia en 1989 hasta la crisis de Ucrania en la actualidad, Sachs ha sido testigo de cómo Estados Unidos ha dirigido guerras, desestabilizado gobiernos y utilizado instituciones globales para imponer su hegemonía.
Según él, la geopolítica actual no es el resultado del azar ni de conflictos espontáneos, sino de una estrategia calculada que Washington ha ejecutado desde la caída de la Unión Soviética.
EE.UU. y la Creación de Conflictos Globales
Sachs argumenta que, tras el colapso soviético en 1991, Estados Unidos se convenció de que podía gobernar el mundo sin restricciones. En lugar de fomentar una cooperación pacífica, adoptó una visión unipolar, donde cada decisión debía servir a sus intereses estratégicos.
El testimonio de Sachs revela que Washington decidió no ayudar a la transición de la URSS, sino acelerar su colapso. Se negó a brindar apoyo financiero a Gorbachov, limitándose a la “mínima asistencia necesaria” para evitar una crisis humanitaria que dañara su imagen.
Desde entonces, la política exterior estadounidense ha seguido una pauta clara:
- Expansión de la OTAN hacia el este, ignorando las preocupaciones de Rusia.
- Desestabilización de Oriente Medio, con invasiones en Irak y Siria.
- Intervenciones en África, como en Libia, Somalia y Sudán.
- Colapso de aliados soviéticos, reemplazados por gobiernos prooccidentales.
La OTAN: La Herramienta de Dominación de EE.UU.
Uno de los puntos clave que Sachs denuncia es la expansión imparable de la OTAN. En 1990, líderes occidentales aseguraron a Gorbachov que la alianza no se movería “ni una pulgada hacia el este”.
Sin embargo, a partir de 1994, la administración Clinton comenzó a incluir a los antiguos países del Pacto de Varsovia en la OTAN, violando esos acuerdos.
La visión estadounidense era clara: llevar la influencia de la OTAN hasta las fronteras rusas, eliminando cualquier posibilidad de equilibrio de poder en Eurasia.
Esta política ha sido una de las principales razones detrás de la crisis de Ucrania. Sachs sostiene que Estados Unidos nunca permitió a Europa desarrollar una política exterior propia, sino que la convirtió en un instrumento de sus intereses.
La Destrucción de Oriente Medio y África
Sachs también expone cómo EE.UU. ha manipulado la estabilidad de otras regiones, especialmente en Oriente Medio.
La guerra de Irak en 2003, promovida bajo falsos pretextos, fue una intervención diseñada para eliminar aliados históricos de Rusia en la región y consolidar el control estadounidense sobre el petróleo.
El economista detalla que incluso líderes europeos, como los de Francia y Alemania, se opusieron a la invasión, pero Europa no pudo sostener su independencia política frente a Washington.
En África, las intervenciones en Libia, Somalia y Sudán han seguido el mismo patrón. EE.UU. no busca resolver conflictos, sino prolongarlos lo suficiente para fragmentar los países y debilitar su soberanía.
Europa: Un Peón en la Estrategia de Washington
Para Sachs, la falta de liderazgo europeo ha sido clave en la perpetuación de estas crisis. Desde 1991, Europa ha renunciado a su voz en asuntos internacionales y ha seguido ciegamente las directrices de Washington.
El último intento serio de independencia fue en 2003, cuando Francia y Alemania se opusieron a la invasión de Irak. Sin embargo, tras 2008, la sumisión europea ha sido total.
Con la crisis de Ucrania, Europa ha adoptado la narrativa estadounidense sin cuestionar las consecuencias de sancionar a Rusia y enviar miles de millones de euros en ayuda militar a Kiev.
Sachs advierte que esta falta de autonomía ha hecho que el continente pague un precio altísimo:
- Dependencia energética de EE.UU., con la imposición del gas licuado estadounidense en lugar del ruso.
- Crisis económica, con la inflación disparada por las sanciones contra Rusia.
- Pérdida de relevancia geopolítica, al ser visto como un satélite de Washington.
¿Puede el Mundo Resistir el Control de EE.UU.?
El análisis de Jeffrey Sachs deja en evidencia que Estados Unidos no es un actor neutral en la geopolítica mundial, sino el principal impulsor de conflictos.
Desde la caída de la URSS, Washington ha usado su poder militar, financiero y mediático para mantener su dominio global, sin importar las consecuencias para otros países.
Europa ha perdido su soberanía y Rusia ha sido empujada a un conflicto con Ucrania como parte de una estrategia más amplia para debilitarla.
Sachs advierte que, si el mundo no reconoce esta realidad y actúa en consecuencia, seguirán surgiendo nuevas crisis impulsadas por la ambición estadounidense de control global.
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Armando Febles Ramírez y Gloria Savater colaboraron en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.