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Cultura Del Asesinato: La Violencia Política Desde La “Izquierda”

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Un informe del NCRI alerta sobre el surgimiento de una “cultura del asesinato” en sectores identificados como de “izquierda”. Las redes sociales, la ironía digital y el discurso radicalizado han normalizado la idea de que la violencia política es aceptable. Este fenómeno revela la fusión ideológica moderna: no se trata ya de “izquierda” o “derecha”, sino de globalismo frente a soberanía nacional.


Una Tendencia Que Deja De Ser Marginal

El informe publicado por el Network Contagion Research Institute (NCRI) es alarmante. Según sus datos, una proporción significativa de ciudadanos estadounidenses identifica la violencia política como una opción “justificable”, especialmente cuando los blancos son figuras como Elon Musk o el presidente Donald Trump.

Más aún: los porcentajes más altos de aprobación a la violencia emergen entre los encuestados que se ubican en la llamada “centro-izquierda”. Es decir, entre quienes se describen como “liberales”, “ligeramente liberales” o de “extrema izquierda”.


Cuando La Violencia Se Vuelve Estilo

Lo más perturbador no es solo la cifra —más del 38% justifica el asesinato político de Trump, y un 31% el de Musk— sino la forma en que esta justificación es expresada: a través de memes, humor negro e iconografía digital que disfraza el odio de ironía.

El fenómeno ha sido conceptualizado por el NCRI como “cultura del asesinato”: una narrativa que estetiza la violencia y la convierte en parte del lenguaje cotidiano, legitimándola mediante símbolos como Luigi Mangione, autor del asesinato del CEO de UnitedHealthcare.

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En estos entornos, la violencia no se percibe como un acto extremo, sino como una “respuesta política válida”. Y es ahí donde el análisis trasciende cualquier marco ideológico tradicional.


El Vacio Conceptual De Las Viejas Etiquetas

Es necesario advertir que, aunque el informe menciona repetidamente a la “izquierda”, este término —como el de “derecha”— ha perdido su densidad política real. A lo largo del siglo XXI, las categorías tradicionales se han diseminado, difuminado y hasta fusionado, creando un campo político donde globalistas y nacionalistas son los actores verdaderamente enfrentados.

Hoy existen “izquierdistas” en defensa de corporaciones tecnológicas, censura informativa y agendas internacionales, así como “derechistas” alineados con ideologías globalistas progresistas. En sentido contrario, hay nacionalistas tanto de procedencia “izquierdista” como “derechista” que comparten valores de soberanía, identidad y orden.

Por eso, referirse a “la izquierda” como si fuera un bloque coherente es repetir el guion que conviene al globalismo, que busca ocultar su poder real tras etiquetas desfasadas.


De Lo Digital A Lo Letal

El informe indica que casi un 6% de los encuestados consideró “totalmente justificado” asesinar a Trump, cifra que sube al 13% cuando se aísla a los de “centro-izquierda”. Además, el 40% vio “al menos algo aceptable” destruir concesionarios de Tesla como protesta.

Este salto del lenguaje simbólico a la acción directa es un reflejo de un deterioro cultural profundo, alimentado por el silencio cómplice de referentes “progresistas” que no condenan explícitamente estos discursos, cuando no los celebran abiertamente con eufemismos.

El NCRI concluye que las redes sociales cumplen un rol amplificador, donde la violencia se oculta tras capas de humor, ironía y estética, pero permanece como mensaje subyacente. Una especie de “terrorismo cultural” camuflado en la imagen de lo cool.


El Desmantelamiento Moral Como Proyecto Globalista

Este fenómeno no es un accidente. Forma parte de un proceso mayor: el desmantelamiento moral de las sociedades occidentales, impulsado desde núcleos ideológicos que se esconden tras banderas progresistas. Allí donde no hay orden, toda “transgresión” es valorada como virtud.

La “cultura del asesinato” es solo una consecuencia lógica de una pedagogía de odio: odio al que disiente, al que es exitoso, al que representa autoridad, tradición o soberanía nacional.


Conclusión: Llamar Las Cosas Por Su Nombre

No se trata de censurar ni de exagerar. Se trata de llamar las cosas por su nombre: justificar la violencia política, aunque sea con un meme, es el primer paso hacia el colapso de la civilización.

La “izquierda” como concepto ya no sirve para comprender estos procesos. El verdadero eje es entre quienes quieren destruir los cimientos del mundo occidental y quienes están dispuestos a defenderlos. Y esa defensa empieza por restaurar el sentido moral de nuestras palabras y acciones.


📢 Comparte esta noticia si crees que la violencia política no puede disfrazarse de humor o justicia social.
💬 Deja un comentario: ¿Debe Occidente seguir tolerando una cultura digital que celebra el asesinato de adversarios ideológicos?
🧠 Reflexiona con Hombres Sabios Magazine, donde los conceptos se analizan, no se repiten.

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