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La Guerra Olvidada: El Resurgir del M23 en el Congo

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El conflicto en la República Democrática del Congo reaviva tensiones históricas y amenaza con desestabilizar la región.


La guerra en el Congo” se ha convertido en el epicentro de un conflicto que amenaza con escalar en la República Democrática del Congo (RDC). En enero de 2025, el grupo rebelde M23, con respaldo de Ruanda, logró derrotar a ejércitos más grandes de la ONU y la RDC, tomando el control de Goma, la ciudad más grande del este del país. Este avance marca la mayor expansión del grupo desde su creación y despierta temores de una guerra regional inminente.

Contexto Histórico: La Sombra del Genocidio de Ruanda

El conflicto tiene sus raíces en el genocidio ruandés de 1994, cuando las milicias extremistas hutus masacraron entre 500.000 y un millón de tutsis. Tras la victoria del Frente Patriótico Ruandés (FPR), dirigido por Paul Kagame, alrededor de un millón de hutus, incluidos militares y milicias, huyeron a la RDC, entonces conocida como Zaire. Bajo la dictadura de Mobutu Sese Seko, estos grupos establecieron campamentos armados que sirvieron como bases para lanzar ataques contra Ruanda.

En respuesta, Ruanda y Uganda apoyaron una insurgencia liderada por Laurent-Désiré Kabila, que en 1997 derrocó a Mobutu y rebautizó el país como República Democrática del Congo. Sin embargo, Kabila pronto se volvió en contra de sus aliados, expulsó a las tropas ruandesas y permitió la reorganización de los militantes hutus. Esto desató la Segunda Guerra del Congo (1998-2003), un conflicto que involucró a nueve países y dejó hasta 5,4 millones de muertos, convirtiéndolo en la guerra más sangrienta desde la Segunda Guerra Mundial.

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El Ascenso y Caída del M23

El grupo rebelde M23 surgió en 2012, compuesto por excombatientes tutsis que acusaban al gobierno de Kinshasa de incumplir un acuerdo de paz de 2009. Respaldado por Ruanda, el M23 capturó Goma en noviembre de 2012, pero fue derrotado en 2013 tras la presión internacional sobre Kigali. Sin embargo, los combatientes nunca desaparecieron del todo, refugiándose en Ruanda y Uganda a la espera de una nueva oportunidad.

En 2022, el M23 resurgió con fuerza y reanudó su ofensiva, esta vez con una capacidad militar muy superior. Informes de la ONU han revelado que Ruanda no solo respalda al M23, sino que ha desplegado hasta 4.000 soldados de sus Fuerzas de Defensa en la RDC. Esta intervención ha permitido al grupo rebelde consolidar el control sobre vastas zonas ricas en minerales.

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La Ofensiva de 2025: Goma Bajo Control del M23

En enero de 2025, el M23 lanzó una ofensiva relámpago que culminó con la captura de Goma. Las tropas gubernamentales y de la ONU fueron derrotadas con facilidad, abandonando sus posiciones en desbandada. Imágenes difundidas en redes sociales muestran vehículos militares, armas y uniformes dejados atrás por los soldados en fuga.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, advirtió que el conflicto podría escalar en una guerra regional. Uganda, Burundi y Sudáfrica ya han desplegado tropas en la región, mientras que la diplomacia africana parece incapaz de contener la crisis.

Ruanda y su Expansión Silenciosa

Ruanda, bajo la dirección de Kagame, ha experimentado un crecimiento económico notable en las últimas dos décadas. Con una tasa de crecimiento superior al 7% anual, el país ha emergido como un actor clave en África. Sin embargo, su intervencionismo en la RDC ha sido objeto de severas críticas. Informes recientes revelan que Kigali ha obtenido hasta 1.000 millones de dólares anuales mediante el contrabando de minerales congoleños, en especial coltán, esencial para la fabricación de dispositivos electrónicos.

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Perspectivas: ¿Un Conflicto sin Fin?

Con Kinshasa negándose a negociar y el M23 amenazando con avanzar hacia la capital congoleña, el panorama es sombrío. Millones de personas han sido desplazadas y los crímenes de guerra se multiplican. A medida que la atención mundial está enfocada en otras crisis, el conflicto en la RDC podría derivar en una de las peores catástrofes humanitarias del siglo XXI.

La historia del Congo es un recordatorio de que la corrupción, la intervención extranjera y la falta de liderazgo político continúan alimentando un ciclo interminable de violencia. La pregunta no es si el conflicto se expandirá, sino cuándo y a qué escala lo hará.