¿Dónde quedó la propaganda del miedo de 2020?
Estados Unidos atraviesa la peor temporada de gripe en 15 años, con niveles de infección sin precedentes desde la pandemia de gripe porcina de 2009. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en 2020 con el COVID-19, no hay histeria mediática ni restricciones draconianas. Tampoco se han inflado los diagnósticos para generar pánico, ni se han implementado medidas extremas como confinamientos o toques de queda.
Casos de COVID desaparecen misteriosamente
Mientras los informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) confirman que casi el 8% de las visitas médicas recientes se deben a síntomas gripales, los casos de COVID-19 han disminuido de manera llamativa. No deja de ser curioso que, en contraste con el 2020, cuando cualquier síntoma respiratorio era automáticamente diagnosticado como COVID sin pruebas concluyentes, ahora los reportes reflejan un drástico aumento de la gripe sin la misma manipulación mediática.
Los estados del sur, suroeste y oeste han sido los más afectados, y el impacto ha sido tan fuerte que varios distritos escolares han tenido que cerrar debido al ausentismo masivo. En Texas, por ejemplo, el Distrito Escolar Independiente Godley cerró temporalmente cuando 650 estudiantes y 60 miembros del personal faltaron a clases. En Illinois y Long Island, Nueva York, las escuelas también han experimentado interrupciones significativas.
Hospitales operan con normalidad
Otra gran diferencia con la narrativa impuesta en 2020 es que, a pesar del aumento de casos, los hospitales están manejando la situación sin histeria ni protocolos extremos que resultaron en tragedias. En contraste con los horrores del COVID, cuando miles de pacientes fueron sometidos a ventiladores mecánicos sin justificación o privados de tratamientos efectivos por órdenes gubernamentales, hoy en día los centros médicos están respondiendo con procedimientos convencionales.
Esto demuestra que las respuestas exageradas de la pandemia anterior no tenían un verdadero sustento médico, sino que formaban parte de un experimento de control social sin precedentes.
CDC y la crisis sanitaria: ¿un relato conveniente?
Según los CDC, esta temporada de gripe ya ha causado al menos 24 millones de casos, 310,000 hospitalizaciones y 13,000 muertes, incluidas 57 muertes pediátricas. Sin embargo, las tasas de vacunación contra la gripe han sido bajas, con solo el 44% de los adultos recibiendo la dosis anual. La narrativa de los medios y los funcionarios de salud sigue insistiendo en la importancia de la vacunación, aunque la falta de miedo masivo y coerción esta vez indica que la maquinaria de propaganda no está funcionando a su favor.
En 2020, se impuso un régimen de terror sanitario donde cualquier cifra era suficiente para justificar medidas sin precedentes. Ahora, con un número masivo de casos de gripe, los mismos actores que exigían confinamientos y restricciones no parecen preocupados por la situación. ¿Por qué esta diferencia en el discurso?
Conclusión: la manipulación queda en evidencia
La crisis de la gripe actual demuestra lo que muchos sospechaban desde hace tiempo: el miedo a la pandemia de COVID-19 fue utilizado para imponer medidas extremas sin justificación real. Mientras en 2020 cualquier síntoma respiratorio se etiquetaba como COVID y se utilizaba como excusa para encerrar a la población, ahora, con cifras igualmente alarmantes de gripe, no hay pánico, propaganda ni restricciones.
Estados Unidos enfrenta una crisis sanitaria real, pero sin la maquinaria del miedo funcionando, los hospitales siguen operando con normalidad y la sociedad sigue adelante. La gran pregunta es: ¿qué cambió realmente? ¿El virus, la ciencia o simplemente la agenda política?