El director de DOGE, Elon Musk, califica a Radio Free Europe y Voice of America como “locos de izquierda radical que hablan solos”.
Elon Musk, en su rol como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha lanzado un nuevo golpe contra el gasto innecesario del gobierno de Estados Unidos. En una declaración contundente, Musk exigió el cierre de los medios estatales Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) y Voice of America (VOA), argumentando que son “locos de izquierda radical que hablan solos” mientras desperdician dinero de los contribuyentes.
El anuncio surgió en respuesta a un comentario de Richard Grenell, ex enviado especial del presidente Donald Trump, quien denunció públicamente en la plataforma X que estos medios operan como “herramientas propagandísticas de la extrema izquierda” y que el gobierno no debería financiarlos. Musk respondió con contundencia:
“Sí, hay que cerrarlos. Europa es libre ahora (sin contar la asfixiante burocracia). Ya nadie los escucha. Son solo locos radicales de izquierda que hablan solos mientras queman mil millones de dólares al año de dinero de los contribuyentes estadounidenses”.
Medios estatales: una reliquia del pasado
RFE/RL y VOA nacieron en el contexto de la Guerra Fría con el propósito de contrarrestar la propaganda soviética y nazi. Sin embargo, tras la caída de la URSS, muchos cuestionan su relevancia en el mundo moderno. Estas emisoras siguen recibiendo fondos del Congreso estadounidense y son gestionadas por la Agencia de los Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), una entidad federal que destina casi mil millones de dólares al año a su mantenimiento.
Musk, quien ha liderado una ofensiva contra el gasto gubernamental ineficiente, considera que estos medios han perdido su propósito y solo sirven a una agenda ideológica progresista.
Trump y Musk contra la financiación de medios afines al progresismo
La lucha contra la financiación estatal de los medios no es nueva. Tanto Musk como Grenell han criticado el uso de fondos públicos para sostener a la prensa alineada con el establishment globalista.
Musk ha cuestionado los pagos del gobierno a medios como The New York Times, Politico y Associated Press, considerando que el dinero de los contribuyentes no debería destinarse a mantener medios privados que operan con una clara inclinación ideológica. Según datos oficiales, solo en suscripciones gubernamentales, el gobierno de EE.UU. ha gastado más de 8 millones de dólares en estos medios.
Grenell, por su parte, ha exigido el fin de estos subsidios y el cierre de los medios estatales. En X, escribió:
“El gobierno de Estados Unidos debe dejar de pagar las suscripciones a los medios de comunicación. Ahora”.
Cifras que reflejan un gasto injustificado
El presupuesto de estos medios es exorbitante. Para 2024, Voice of America recibió 267,5 millones de dólares, mientras que RFE/RL operó con 142,2 millones. Para 2025, la USAGM ha solicitado un total de 950 millones de dólares, argumentando que llega a una audiencia de 427 millones de personas en más de 100 países.
Sin embargo, sus críticos consideran que la audiencia real de estos medios es irrelevante y que su existencia responde más a una estrategia de control narrativo que a un verdadero interés informativo.
Un DOGE con dientes: Musk avanza en el recorte del gasto estatal
Trump nombró a Musk como “empleado especial del gobierno” para liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina temporal destinada a eliminar despilfarros en el gasto federal. Desde su nombramiento, Musk ha señalado que eliminar estos subsidios es solo el primer paso en una estrategia más amplia para acabar con la influencia estatal en la información y los negocios.
La administración Trump parece decidida a desmantelar estos enclaves de propaganda globalista y devolver el control de la narrativa a los ciudadanos, no a burócratas y políticos con intereses ocultos.
Un mensaje claro contra el despilfarro
El mensaje de Musk es conclusivo: la era de financiar medios estatales con agendas ideológicas ha terminado (por ahora, al menos). En un mundo donde la información fluye libremente a través de múltiples plataformas, mantener estos medios con dinero público es un anacronismo costoso.
Con esta medida, la administración Trump y Musk reafirman su compromiso con la eficiencia gubernamental y el fin de los privilegios para medios alineados con el establishment progresista. En tiempos de crisis económica y polarización política, ¿tiene sentido que el dinero de los contribuyentes financie estas estructuras? Musk y su equipo aparentemente tienen clara la respuesta: no.