Una Realidad Paralela: Del Donbás a Cataluña
El conflicto entre Rusia y los nacionalistas ucranianos ha sido presentado por los medios occidentales como una simple invasión de Moscú a un país soberano. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja: se trata de una guerra civil larvada, avivada por injerencias extranjeras y con un profundo trasfondo histórico y cultural.
Ahora bien, imaginemos un escenario alternativo en el que España enfrentara una crisis similar con los nacionalistas catalanes. ¿Podría un conflicto en Cataluña evolucionar de manera parecida a lo sucedido en Ucrania? Para responder a esta pregunta, examinemos los paralelismos y diferencias entre ambos casos.
Nacionalismo, Identidad y División: De Kiev a Barcelona
En Ucrania, la fractura entre el oeste prooccidental y el este prorruso fue utilizada como herramienta de desestabilización. Desde el golpe de Estado del Euromaidán en 2014, los nacionalistas ucranianos han impuesto una narrativa de identidad única, prohibiendo el idioma ruso en muchas regiones y tratando de erradicar cualquier lazo con Moscú. Como resultado, las regiones de Donetsk y Lugansk, de mayoría rusoparlante, rechazaron el nuevo orden y proclamaron su independencia.
En España, el nacionalismo catalán ha seguido una estrategia similar, presentando a Cataluña como una entidad oprimida por Madrid. Han manipulado la historia, impulsado la enseñanza de un relato victimista y fomentado la idea de que España es un régimen ilegítimo y represivo. Al igual que en Ucrania, las élites independentistas han tratado de imponer una identidad excluyente, persiguiendo el uso del castellano en las escuelas y los espacios públicos.
Pero el paralelismo no se detiene ahí. En Ucrania, el gobierno de Kiev reprimió con dureza a los disidentes del este, mientras que en España, el procés separatista de 2017 mostró cómo una minoría radicalizada estaba dispuesta a romper la unidad nacional sin importar las consecuencias.
¿Qué hubiera pasado si Madrid hubiera actuado con la misma firmeza que Kiev en 2014? ¿Si la intervención policial contra los líderes del procés hubiera escalado a un enfrentamiento armado? Aquí es donde el escenario alternativo comienza a tomar forma.
La Intervención Exterior: ¿Un Factor Determinante?
Uno de los elementos clave en el conflicto ucraniano ha sido la intervención extranjera. Desde 2014, Estados Unidos y la OTAN han utilizado a Ucrania como una pieza en su tablero geopolítico. Washington financió el derrocamiento de Víktor Yanukóvich, entrenó al ejército ucraniano y alimentó el odio contra Rusia.
En el caso de España, la Unión Europea y Estados Unidos han jugado un papel ambiguo. Mientras que en Ucrania apoyaron abiertamente a los nacionalistas, en Cataluña la actitud ha sido más cautelosa. Sin embargo, no es descabellado imaginar un futuro en el que potencias extranjeras decidan usar el separatismo catalán como un arma para debilitar a España. ¿Qué pasaría si en una futura crisis, países como el Reino Unido o Estados Unidos decidieran apoyar militarmente a un movimiento independentista catalán para desestabilizar la Península Ibérica?
Un Donbás Catalán: ¿Cómo Se Manifestaría El Conflicto?
Si el separatismo catalán lograra suficiente apoyo externo y decidiera ir más allá de las urnas, España podría enfrentar una situación similar a la del Donbás.
Imaginemos que, tras años de tensión, el gobierno catalán declara unilateralmente la independencia y moviliza a la población. Madrid envía al Ejército para recuperar el control, pero grupos armados independentistas resisten, al estilo de los batallones nacionalistas ucranianos como el famoso Batallón Azov. En respuesta, se producirían ataques contra las fuerzas españolas, disturbios en Barcelona y posibles atentados en zonas leales al gobierno central.
En esta hipotética guerra civil, Francia y la UE se verían presionadas para mediar, mientras que EE.UU. jugaría un doble juego, defendiendo la “libertad de Cataluña” al tiempo que negociaría en privado con Madrid. Mientras tanto, Madrid enfrentaría una insurgencia separatista en la región, con apoyo externo de ciertos países, de la misma manera en que Rusia ha tenido que lidiar con los nacionalistas ucranianos armados por la OTAN.
¿Cómo Respondería España? ¿Cómo Respondió Rusia?
Rusia actuó en Ucrania tras ocho años de provocaciones, golpes de Estado e intentos de erradicar la cultura rusa en el país. Moscú finalmente intervino cuando la situación se volvió insostenible, usando la fuerza para garantizar la seguridad de la población rusoparlante en el Donbás.
En este escenario alternativo, España podría encontrarse en una encrucijada similar: ¿Debe permitir que Cataluña se desintegre o debe usar la fuerza para mantener la unidad del país? Al igual que Rusia, Madrid podría verse obligada a elegir entre la acción militar o la cesión a presiones extranjeras.
Sin embargo, hay una diferencia clave: España está dentro de la OTAN y la UE, lo que limita su margen de maniobra. Mientras que Rusia ha podido desafiar el orden occidental, Madrid tendría que actuar con mayor cautela, enfrentando sanciones, bloqueos económicos y presión internacional si decide reprimir un levantamiento catalán.
¿Es Este Escenario Posible O Una Hipótesis Lejana?
Por ahora, el separatismo catalán ha sido contenido políticamente, pero su capacidad de movilización sigue siendo un factor de inestabilidad. La creciente polarización en Europa, las tensiones geopolíticas y la crisis del modelo de la UE podrían, en el futuro, avivar conflictos regionales que hoy parecen impensables.
Si algo nos ha enseñado la historia reciente es que las guerras del futuro comienzan en las fracturas del presente. Ucrania nunca pensó que acabaría siendo el campo de batalla entre Rusia y la OTAN, hasta que sucedió. España haría bien en aprender la lección y no subestimar la capacidad destructiva del separatismo cuando se combina con intereses extranjeros.
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