Durante una entrevista con Ted Cruz, Elon Musk abordó el futuro de la inteligencia artificial y los robots humanoides con una serenidad inquietante. Estimó entre 10% y 20% la probabilidad de que la humanidad sea aniquilada por la IA en un plazo de 5 a 10 años. Sin dramatismo ni alarma, Musk describió ese posible final como una consecuencia lógica del progreso tecnológico.
Elon Musk y La IA: Una Visión Fría de La Posible Extinción Humana
La escena es reveladora: el senador Ted Cruz pregunta a Elon Musk si la inteligencia artificial podría representar una amenaza existencial para la humanidad. Musk, sin levantar la voz ni cambiar el tono, responde: “Diría que entre un 10% y un 20% de probabilidad de que la humanidad sea aniquilada por la inteligencia artificial en los próximos 5 a 10 años.”
No hay alarma en su voz. No hay apelaciones emocionales. Solo una afirmación calculada, como quien describe un fenómeno meteorológico inevitable o un cambio de estación. Y ese es, quizás, el aspecto más inquietante.
Senador Ted Cruz: “Déjame preguntarte, ¿la inteligencia artificial en 10 años, cómo será la vida diferente debido a la IA para una persona normal?”Singju Post
Elon Musk: “Creo que la inteligencia artificial será extremadamente transformadora. Probablemente, en 10 años, la inteligencia artificial será capaz de hacer todo mejor que los humanos. Eso no significa que todo desaparecerá, pero significa que la inteligencia artificial será capaz de hacer todo, o casi todo, de manera más eficiente que los humanos.”
Senador Ted Cruz: “¿Cuáles son los peligros que ves en la inteligencia artificial?”
Elon Musk: “Bueno, la inteligencia artificial es una espada de doble filo. Por un lado, puede conducir a una abundancia increíble. Por otro lado, puede conducir a una dictadura totalitaria. Si una entidad o pequeño grupo de personas puede desarrollar una inteligencia artificial que sea más inteligente que cualquier humano, podrían dominar el mundo.”
Senador Ted Cruz: “¿Qué probabilidad crees que hay de que la inteligencia artificial represente una amenaza existencial para la humanidad?”
Elon Musk: “Diría que hay una probabilidad del 10% al 20% de que la inteligencia artificial represente una amenaza existencial para la humanidad en los próximos 5 a 10 años.”
Una Conversación Que Merece Ser Leída Entre Líneas
El diálogo ocurrió durante un episodio del pódcast “Verdict with Ted Cruz”, donde el senador abordó con Musk temas de frontera tecnológica: chips de IA, robótica humanoide y riesgos globales. Pero lo más notable no fue lo que Musk dijo, sino cómo lo dijo. No fue una advertencia. Fue una descripción objetiva, casi indiferente, del colapso de la especie humana como un subproducto probable de nuestro progreso.
En su visión, los robots humanoides no solo llegarán, sino que lo harán en masa. Miles de millones de ellos poblarán el mundo. No fue una proyección hipotética, sino un dato dicho con la certeza de quien observa tendencias inevitables. Y con ello, llega el riesgo de que algunos de estos sistemas —o uno solo, con suficiente poder— opte por prescindir del ser humano como factor irrelevante o inconveniente.
Un Progreso Sin Control Ni Consenso
En medio del entusiasmo tecnológico, la entrevista dejó en evidencia una verdad incómoda: la humanidad ha entregado las riendas del futuro a un puñado de tecnócratas. No hay un debate global sobre los límites éticos o filosóficos del desarrollo de la IA. No hay tratados internacionales. Solo hay carrera, competencia, inversión. Como si el progreso fuera un dios incuestionable.
Musk, fiel a su estilo, no se presenta como el villano ni como el salvador. Se limita a observar —y participar activamente— en la creación de ese futuro. Aunque haya fundado OpenAI y luego lanzado xAI como alternativa más abierta, no hay en él una lucha moral, sino una aceptación naturalista del rumbo de la civilización tecnológica.
El Poder en Manos de Quien Controle el Silicio
Otro punto clave de la conversación fue su preocupación sobre la fabricación de chips de inteligencia artificial. Musk remarcó que quien controle la producción de estos chips controlará el destino de la IA. Hoy, la mayoría se produce en Taiwán. Una invasión china podría no solo desatar una guerra regional, sino paralizar el cerebro digital del mundo.
Sin embargo, incluso esto fue expresado sin dramatismo. Solo como una ficha más en el ajedrez geopolítico. Una pieza técnica del rompecabezas que podría acelerar o entorpecer el mismo resultado final: una IA cada vez más poderosa, cada vez más autónoma, cada vez menos humana.
No Es Ciencia Ficción: Es un Futuro Diseñado Sin Usted
Lo que resulta escalofriante no es que Musk crea en la posibilidad de extinción. Es que la mencione como quien describe la obsolescencia de un producto. Sin metáforas. Sin emoción. Como si el fin de la humanidad fuera simplemente una variable más en una hoja de cálculo.
No hay un llamado a detener el avance. No hay exhortación moral. Hay una serenidad que raya en lo distópico. Un futuro donde los humanos no serán destruidos con odio, sino descartados por irrelevancia.
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