La prohibición de TikTok es un peligroso precedente de intervención estatal en la industria tecnológica y la libertad de expresión en EE.UU.
“Trump acierta con TikTok”. No se trata simplemente de una aplicación de entretenimiento, sino de una prueba de fuego para el futuro de la regulación gubernamental en la industria tecnológica y la libertad de expresión en EE.UU. La reciente ley de “desinversión o prohibición” que afecta a TikTok no solo pone en peligro la disponibilidad de la aplicación en el país, sino que también sienta un precedente preocupante sobre el poder del gobierno para intervenir en el libre mercado y controlar plataformas digitales según su conveniencia.
La aplicación, propiedad de la empresa china ByteDance, está en la mira de Washington debido a preocupaciones de seguridad nacional. La ley de 2024 exige que TikTok encuentre un comprador aprobado por el gobierno estadounidense para evitar ser eliminada de las tiendas de aplicaciones. En la superficie, esto puede parecer una medida razonable para proteger la información de los ciudadanos, pero en realidad, expone una tendencia peligrosa: la manipulación de mercados bajo pretextos políticos.
Un precedente de intervención gubernamental
A pesar de que los promotores del proyecto defienden la ley como un mecanismo de protección contra la influencia extranjera, la realidad es que su impacto recae principalmente sobre empresas estadounidenses. La Corte Suprema ratificó la exigencia de venta de TikTok después de que el Congreso la aprobara y el expresidente Joe Biden la firmara, demostrando una vez más la facilidad con la que los poderes estatales pueden actuar en contra de la libre competencia y la autonomía empresarial.
Actualmente, los nuevos usuarios ya no pueden descargar TikTok desde las tiendas de aplicaciones, mientras que aquellas que incumplan con la prohibición enfrentan sanciones. Esta medida otorga al gobierno un control sin precedentes sobre la tecnología y abre la puerta a regulaciones futuras sobre otras plataformas, ampliando su injerencia en la vida digital de los ciudadanos.
¿Seguridad nacional o pretexto político?
El gobierno ha justificado esta acción en nombre de la seguridad nacional, argumentando que TikTok representa una amenaza potencial debido a su relación con China. Sin embargo, si la verdadera preocupación fuera la protección de datos, el Congreso podría haber considerado medidas menos draconianas, como auditorías independientes o la localización obligatoria de los datos de los usuarios dentro de EE.UU.
En cambio, la administración optó por una legislación extrema que no solo afecta a una empresa extranjera, sino que impone nuevas restricciones a empresas y ciudadanos estadounidenses. Esta es una clara muestra de cómo el gobierno utiliza el argumento de la seguridad nacional para expandir su control sobre la esfera digital.
El peligro de la discrecionalidad presidencial
Una de las señales más alarmantes de este caso es la discreción que la ley otorga al poder ejecutivo. Si bien el presidente Trump ha demostrado ser un defensor de la libertad de expresión y del libre mercado, la misma ley podría ser utilizada por futuros presidentes con agendas más intervencionistas para justificar nuevas prohibiciones y restricciones.
El hecho de que una orden ejecutiva pueda modificar plazos y condiciones legales de esta magnitud sin pasar por un escrutinio legislativo adecuado es una señal de advertencia. Una administración futura con una visión menos favorable a la libertad de expresión podría aprovechar este precedente para ampliar la censura y la regulación sobre otras plataformas digitales.
Un llamado al Congreso: soluciones reales
En lugar de apresuradas prohibiciones y regulaciones arbitrarias, el Congreso debería buscar soluciones que protejan tanto la seguridad nacional como la libertad de expresión. Legisladores como el senador Ed Markey han sugerido enfoques alternativos que permiten un debate más amplio y consideran medidas menos intrusivas.
Si la preocupación es el acceso del gobierno chino a los datos de los ciudadanos estadounidenses, la solución debe enfocarse en establecer auditorías y regulaciones claras sobre la privacidad, no en otorgar al Estado poderes excesivos para decidir qué aplicaciones pueden operar en el país.
Conclusión: La verdadera amenaza
Independientemente de la opinión que se tenga sobre TikTok, este caso debe servir como una advertencia sobre el creciente poder del gobierno para intervenir en el mundo digital. Lo que hoy es una prohibición sobre una aplicación china, mañana podría convertirse en un mecanismo para restringir el acceso a plataformas que no se alineen con los intereses políticos del momento.
La administración de Trump ha demostrado un enfoque pragmático en esta cuestión, reconociendo los riesgos pero evitando una acción precipitada que limite las libertades individuales. Sin embargo, la batalla no ha terminado. La intervención gubernamental en el sector tecnológico debe ser objeto de un debate serio y transparente, en lugar de convertirse en una herramienta de control estatal disfrazada de seguridad nacional.
La libertad digital está en juego, y es responsabilidad de todos defenderla antes de que el gobierno decida por nosotros qué aplicaciones podemos utilizar y cuáles no.