El expresidente Donald Trump critica la decisión de la Fed de mantener las tasas de interés, acusando al banco central de crear la inflación y frenar el crecimiento económico.
Trump arremete contra la Reserva Federal y Jerome Powell, criticando duramente la decisión del banco central de mantener las tasas de interés sin cambios en lugar de reducirlas para estimular la economía. El expresidente responsabilizó directamente a la Fed y a su presidente, Jerome Powell, por la inflación y los problemas económicos actuales, asegurando que su administración corregirá el rumbo con medidas contundentes.
Trump culpa a la Fed por la inflación y promete soluciones
El miércoles, tras el anuncio de la Reserva Federal de que mantendría su tasa de referencia entre el 4,25% y el 4,5%, Trump reaccionó con un mensaje explosivo en Truth Social, donde dejó clara su postura:
“Debido a que Jay Powell y la Reserva Federal no lograron detener el problema que crearon con la inflación, lo haré liberando la producción energética estadounidense, recortando la regulación, reequilibrando el comercio internacional y reactivando la manufactura estadounidense, pero haré mucho más que detener la inflación, haré que nuestro país vuelva a ser poderoso financieramente y en otros aspectos”.
Para Trump, la Fed no solo ha sido ineficiente en su manejo de la inflación, sino que además ha distraído su enfoque con ideologías progresistas que nada tienen que ver con la estabilidad económica del país.
“Si la Reserva Federal hubiera dedicado menos tiempo a la DEI, la ideología de género, la ‘energía verde’ y el falso cambio climático, la inflación nunca habría sido un problema. En cambio, sufrimos la peor inflación en la historia de nuestro país”.
Estas declaraciones refuerzan el argumento de Trump de que el sistema financiero estadounidense ha sido tomado por la agenda globalista y progresista, desviándose de su misión principal de garantizar estabilidad y crecimiento.
La Reserva Federal: ¿complicidad o incompetencia?
La decisión de la Fed de no reducir las tasas de interés llega en un momento crítico, cuando la inflación aún persiste y la incertidumbre económica sigue afectando a los ciudadanos y las empresas. Según el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), la actividad económica “ha seguido expandiéndose a un ritmo sólido”, pero la inflación sigue “elevada”.
Desde la perspectiva de Trump y sus seguidores, esta postura refleja una desconexión de la Fed con la realidad que enfrentan los estadounidenses, especialmente aquellos que han visto su poder adquisitivo erosionado por el alza de precios.
La Fed ya había implementado tres recortes consecutivos en meses anteriores:
- Un recorte de 50 puntos básicos en septiembre.
- Dos reducciones de 25 puntos básicos en noviembre y diciembre.
Sin embargo, Trump insiste en que estos ajustes no son suficientes y que una política monetaria más agresiva es necesaria para estimular el crecimiento y aliviar la carga financiera de las familias trabajadoras.
El plan económico de Trump: energía, manufactura y menos regulación
Ante la inacción de la Fed, Trump ha dejado claro que su estrategia económica será diametralmente opuesta a la del gobierno actual. Sus principales pilares incluyen:
- Liberar la producción energética: Revertir las políticas restrictivas sobre la explotación de petróleo, gas y carbón, fortaleciendo la independencia energética del país.
- Recorte de regulaciones: Eliminar obstáculos burocráticos que frenan el crecimiento empresarial y el acceso al crédito.
- Reequilibrar el comercio internacional: Renegociar acuerdos comerciales que han desfavorecido a Estados Unidos y recuperar empleos industriales.
- Reactivación de la manufactura: Fortalecer la producción nacional para reducir la dependencia de importaciones y revitalizar el sector manufacturero.
Estas medidas no solo buscan combatir la inflación, sino también restaurar el poderío económico del país, debilitado por las políticas globalistas y la intervención excesiva del gobierno.
El papel de Powell en la crisis económica
Jerome Powell, quien fue originalmente nominado por Trump en 2017 pero ha sido duramente criticado por el expresidente en los últimos años, ha sido señalado como uno de los principales responsables de la crisis inflacionaria.
Bajo su liderazgo, la Fed implementó estímulos excesivos durante la pandemia y luego reaccionó tardíamente al alza de precios, generando una situación en la que los ciudadanos han tenido que soportar tasas de interés elevadas y un encarecimiento del crédito.
Trump ha dejado en claro que, de volver a la Casa Blanca, la política monetaria tomará un giro radical, priorizando el crecimiento económico sobre los dogmas ideológicos que han capturado a la Fed bajo la administración actual.
Conclusión: una lucha por el futuro económico de EE.UU.
El enfrentamiento entre Trump y la Reserva Federal no es solo una cuestión de tasas de interés, sino un choque entre dos visiones opuestas para la economía estadounidense. Mientras la Fed se mantiene en su política de “control prudente”, Trump apuesta por una estrategia agresiva de crecimiento, desregulación y fortalecimiento de la producción nacional.
Con la inflación aún afectando a millones de estadounidenses y una recesión latente en el horizonte, la batalla entre el expresidente y la Fed definirá el futuro financiero del país. ¿Se impondrá la visión de Trump, basada en el crecimiento real y la soberanía económica, o seguirá la Fed atada a los dogmas globalistas que han debilitado a la clase trabajadora?
Lo que está claro es que, para Trump, la Reserva Federal y Powell ya no son una opción viable para liderar la política económica de EE.UU.