Bajo presión de Trump, Trudeau y Sheinbaum aceptan medidas de seguridad y despliegan tropas en las fronteras, suspendiendo aranceles temporalmente.
En un nuevo golpe a la debilidad de los gobiernos progresistas, el presidente Donald Trump ha logrado que tanto Canadá como México desplieguen 10.000 tropas en sus respectivas fronteras con Estados Unidos. Este movimiento, impulsado por la presión arancelaria de la Casa Blanca, pone de manifiesto el liderazgo de Trump y su compromiso inquebrantable con la seguridad nacional.
Después de una llamada telefónica con Trump, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que su país reforzará la coordinación con EE.UU. y enviará 10.000 efectivos militares para proteger la frontera norte. Esto ocurre en respuesta a los aranceles del 25% impuestos por Trump a Canadá y México, así como a China, exigiendo mayor control sobre la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. En un giro inesperado, Trudeau reconoció la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad e incluso suspenderá temporalmente los aranceles en represalia mientras avanza la negociación.
“Canadá está implementando nuestro plan fronterizo de 1.300 millones de dólares”, afirmó Trudeau en un comunicado. “Reforzaremos la frontera con nuevos helicópteros, tecnología avanzada y personal adicional, mejorando la coordinación con EE.UU. y destinando más recursos para detener el flujo de fentanilo”.
Además, Canadá se comprometió a designar un “zar del fentanilo”, incluir a los cárteles en la lista de terroristas y establecer una fuerza conjunta con EE.UU. para combatir el crimen organizado y el lavado de dinero. Trump, satisfecho con el resultado, escribió en Truth Social: “Canadá acordó garantizar que tengamos una frontera norte segura y poner fin al flagelo del fentanilo que mata a cientos de miles de estadounidenses”.
México sigue el mismo camino
No solo Canadá ha tenido que dar marcha atrás. Apenas unas horas antes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció un acuerdo similar con Trump para posponer la imposición de aranceles a cambio de enviar 10.000 tropas adicionales a la frontera sur. En un intento desesperado por evitar el impacto económico de los aranceles del 25% sobre las importaciones mexicanas, Sheinbaum cedió ante la presión del presidente estadounidense.
México, además del despliegue militar, aceptó que EE.UU. investigue el tráfico ilegal de armas en suelo mexicano. Trump describió la conversación con Sheinbaum como “muy amistosa” y aseguró que participará en futuras negociaciones para estructurar un acuerdo definitivo.
Trump deja claro quién manda en América
Esta serie de acuerdos es solo una muestra del poder de la política exterior de Trump. En su discurso en la Oficina Oval, el presidente dejó claro que Estados Unidos no necesita a Canadá ni a México para su desarrollo económico. “Les damos protección militar. No necesitamos sus coches, su madera ni su energía. Tenemos más de lo que ellos pueden ofrecer”, afirmó contundentemente.
Su visión es clara: el comercio debe beneficiar a Estados Unidos, y cualquier nación que dependa de su economía debe estar dispuesta a cumplir con sus exigencias. La agenda de Trump ha dejado al descubierto la hipocresía de los líderes progresistas como Trudeau y Sheinbaum, quienes han tenido que ceder ante la realidad de que sin EE.UU., sus economías colapsarían.
Un duro golpe al globalismo progresista
Durante años, los gobiernos de Canadá y México han promovido políticas abiertas que solo han servido para aumentar el caos en las fronteras y permitir la infiltración del crimen organizado. Ahora, bajo la presión de un presidente con verdadera determinación, han tenido que aceptar medidas de control que contradicen sus propias ideologías.
⨀ Lorenzo Echemendía Morales, periodista, colaboró en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.
