El expresidente busca devolver el poder adquisitivo a los ciudadanos y frenar procedimientos trans en menores
Trump propone abolir el impuesto sobre la renta”, una iniciativa que podría redefinir la economía estadounidense al cambiar la estructura fiscal del país. Durante su intervención en la Conferencia sobre Asuntos Republicanos de 2025 en el Trump National Doral Miami, el expresidente destacó cómo los aranceles a naciones extranjeras podrían ser una mejor alternativa para financiar el gobierno sin afectar el bolsillo de los ciudadanos.
Un cambio radical en la política fiscal
Trump expuso su visión económica basada en aranceles en lugar de impuestos sobre la renta, argumentando que esta práctica permitiría a EE.UU. enriquecerse sin gravar a sus propios ciudadanos. Recordó el modelo fiscal entre 1870 y 1913, cuando el país prosperó sin un impuesto sobre la renta, financiando su gobierno a través de aranceles.
“El impuesto sobre la renta entró en vigor en 1913, pero antes de eso, los aranceles permitieron a Estados Unidos convertirse en una gran potencia económica”, afirmó Trump. Esta estrategia, según él, devolvería el poder adquisitivo a las familias y fortalecería la economía nacional.
El impacto en la economía y la reacción del pueblo
La propuesta de Trump resuena entre la ciudadanía. Según una encuesta de Gallup, el 56% de los estadounidenses considera que sus impuestos federales son demasiado altos, lo que refuerza la popularidad de la idea de una menor carga tributaria. Con menos impuestos, las familias tendrían más dinero disponible para gastar, impulsando la demanda y la creación de empleos.
Sin embargo, los expertos advierten sobre los posibles efectos adversos. David Kamin, profesor de la Universidad de Nueva York, señala que depender exclusivamente de aranceles podría elevar los precios de productos importados, afectando a la clase media y baja. Aun así, el expresidente confía en que este cambio estimulará la economía nacional y reducirá la dependencia del comercio exterior.
Protección de la infancia: prohibición de cirugías trans para menores
Además de su reforma fiscal, Trump reafirmó su compromiso con la protección de la infancia al firmar una orden ejecutiva que prohíbe las cirugías y tratamientos transgénero en menores.
“Hoy fue un gran honor firmar una orden que prohíbe la castración química y la mutilación médica de niños inocentes en los Estados Unidos”, declaró en sus redes sociales.
Según la orden ejecutiva, se restringirá el financiamiento federal a cualquier institución que ofrezca estos procedimientos a menores de edad. La decisión de Trump se alinea con legislaciones estatales en más de dos docenas de estados que ya han prohibido estos tratamientos y con una creciente preocupación sobre los efectos irreversibles en los jóvenes que los reciben.
Argumentos a favor y en contra
Defensores de esta medida señalan que impedir estos procedimientos evita tragedias entre jóvenes que luego se arrepienten de haber cambiado su identidad de género. Estudios indican que muchos menores que se someten a estos tratamientos enfrentan problemas de salud mental y dificultades físicas de por vida, como infertilidad y complicaciones hormonales.
Trump también resaltó que su administración ha retirado los cargos contra un médico de Houston que denunció prácticas de cirugías transgénero en menores, consolidando su postura en defensa de la infancia.
“En consecuencia, es política de los Estados Unidos no financiar, patrocinar, promover ni apoyar la llamada ‘transición’ de un niño de un sexo a otro”, declaró Trump, enfatizando que su gobierno hará cumplir rigurosamente las leyes que prohíben estos procedimientos.
Una visión clara para el futuro de EE.UU.
“Trump propone abolir el impuesto sobre la renta” y proteger a la infancia de intervenciones médicas irreversibles, estableciendo dos frentes clave en su política: el empoderamiento económico y la defensa de los valores tradicionales. Con un fuerte respaldo de la opinión pública, sus propuestas podrían definir el rumbo de la nación en los próximos años.
El equilibrio entre reducir impuestos y mantener la estabilidad fiscal sigue siendo un desafío, pero el expresidente apuesta por un modelo económico basado en el proteccionismo y el fortalecimiento de la industria nacional. Mientras tanto, su firme postura sobre la protección infantil refleja un compromiso con la moral y la seguridad de las futuras generaciones.