Una decisión histórica que responde a la medida impuesta en 2021.
Trump revoca acceso de Biden a información clasificada en una medida que pone fin a la tradición de compartir informes de inteligencia con exmandatarios. La decisión fue anunciada en Truth Social, donde el jefe de Estado confirmó que su antecesor ya no tendrá acceso a documentos sensibles.
“No hay necesidad de que Joe Biden siga recibiendo información clasificada. Por lo tanto, revocamos de inmediato sus autorizaciones de seguridad y detenemos sus informes de inteligencia diarios”, declaró Trump en su mensaje.
Esta acción responde directamente a la decisión tomada en 2021, cuando Biden revocó el acceso a Trump argumentando su “comportamiento errático”. En aquel entonces, el actual mandatario justificó la medida diciendo: “Simplemente creo que no es necesario que reciba informes de inteligencia. ¿Qué valor tiene darle una sesión informativa de inteligencia? ¿Qué impacto tiene, aparte del hecho de que podría cometer un desliz y decir algo?”.
Ahora, cuatro años después, Trump le ha devuelto el golpe, pero con una razón aún más contundente: el informe del fiscal especial Robert Hur, que calificó a Biden como un “anciano bienintencionado con mala memoria”. Según el documento, incluso en su “mejor momento” no se le podía confiar información sensible.
El fin de un precedente histórico
Tradicionalmente, los expresidentes han mantenido acceso a información clasificada para ofrecer asesoramiento en cuestiones de seguridad nacional. Sin embargo, esta cortesía dejó de aplicarse cuando Biden decidió romper con la práctica y bloquear a Trump.
El argumento utilizado entonces no tenía precedentes y se basaba en consideraciones políticas más que en riesgos reales. Ahora, la justificación de la revocación es aún más contundente: Biden ha sido señalado públicamente como cognitivamente deteriorado, lo que representa un verdadero peligro en el manejo de información estratégica.
La medida no solo responde a la acción previa del demócrata, sino que también refleja una postura más estricta en cuanto al acceso a documentos confidenciales. El hecho de que un exlíder con dificultades de memoria pudiera recibir datos de inteligencia era, para muchos, una vulnerabilidad evidente.
Impacto en la política estadounidense
La decisión de Trump no solo supone un ajuste en el protocolo de seguridad nacional, sino que también reaviva el debate sobre el estado mental de Biden. Su incapacidad para recordar hechos recientes ha sido objeto de múltiples críticas y dudas sobre su aptitud para el cargo.
Más allá de la controversia, esta medida podría sentar un precedente para futuras administraciones. Si un exmandatario es considerado un riesgo para la seguridad nacional, su acceso a información confidencial puede ser restringido sin importar su partido político.
El golpe contra Biden se enmarca en una serie de decisiones orientadas a reforzar la seguridad nacional. Recientemente, Trump también revocó las autorizaciones de seguridad de más de 40 exfuncionarios de inteligencia que, según él, habían interferido en las elecciones de 2020 a favor de su rival.
El nuevo enfoque de seguridad bajo Trump
Con esta decisión, queda claro que la Casa Blanca no piensa tolerar filtraciones ni riesgos innecesarios. El manejo de información clasificada será más estricto que nunca, eliminando accesos automáticos a exfuncionarios que ya no cumplen un rol activo en el gobierno.
Trump ha dejado claro que protegerá la seguridad de Estados Unidos sin concesiones. Su mensaje fue contundente: “Siempre protegeré nuestra seguridad nacional. JOE, ESTÁS DESPEDIDO. ¡HAGAMOS QUE ESTADOS UNIDOS SEA GRANDE OTRA VEZ!”.
A medida que avanza su administración, queda por ver si más figuras perderán acceso a información confidencial y si esta política se convertirá en una norma permanente en futuras presidencias. Lo que es seguro es que la era de la información compartida con exmandatarios ha llegado a su fin.