La posible retirada de Trump de la OTAN, analizada por Garen Christopher Kaloustian en Blaze, revela una transformación estratégica en la política exterior estadounidense. Washington se aleja del globalismo ideológico para adoptar alianzas transaccionales con actores como Turquía, Rusia e Israel, reconfigurando el equilibrio global y dejando atrás a peones como Armenia, Ucrania y Grecia.
Basado en el análisis de Garen Christopher Kaloustian (The Blaze)
En un artículo agudo y provocador publicado por The Blaze, el analista geopolítico Garen Christopher Kaloustian plantea una hipótesis inquietante pero lúcida: la retirada de Donald Trump de la OTAN no significaría una retirada del poder estadounidense, sino una transformación profunda del orden mundial.
Este giro no sería una anomalía, sino una decisión estratégica que responde a una visión alternativa de liderazgo global. Washington no estaría abandonando el tablero, sino reorganizando las piezas para jugar con otras reglas.
El Fin del Globalismo Estratégico
Durante décadas, el consenso bipartidista en Estados Unidos sostuvo que su papel debía ser el de garante universal de un orden liberal basado en “valores”. Este paradigma justificó guerras interminables, tratados asimétricos y compromisos absurdos con países incapaces de sostenerse por sí mismos.
Trump rompe con esta tradición decadente. Bajo su lógica, las alianzas deben producir beneficios concretos, no alimentar burocracias internacionales ni financiar la defensa de terceros a costa del contribuyente estadounidense.
Turquía, Rusia, Israel: Eje No Ortodoxo
Kaloustian observa con claridad la configuración de un nuevo bloque. Lejos de la narrativa maniquea del globalismo, donde solo existen aliados “morales” y enemigos “autocráticos”, Trump apuesta por una estructura de alianzas regionales basada en intereses mutuos:
- Rusia consolida su control en el este de Ucrania a cambio de garantizar estabilidad energética y limitar su hostilidad hacia Occidente.
- Turquía recibe luz verde para consolidar su dominio en el Mediterráneo Oriental y Asia Central.
- Israel mantiene sus rutas energéticas y puede actuar como mediador entre Ankara y Occidente.
En este nuevo mapa, Grecia, Armenia y Ucrania quedan fuera del radar estratégico. Son piezas prescindibles en el ajedrez de poder.
La Lógica de la Transacción
Estados Unidos no puede ni debe seguir siendo el “patrocinador sentimental” de naciones que solo aportan fragilidad. La lógica que Kaloustian destaca es implacable pero certera: quien no aporte valor geopolítico real, queda fuera de la ecuación.
- Ucrania se verá forzada a aceptar un acuerdo congelado.
- Grecia enfrentará sola la presión turca.
- Armenia podría ceder territorio clave en una negociación impulsada por Washington.
Zangezur: El Corredor del Nuevo Poder
Uno de los escenarios más explosivos que expone Kaloustian es la posible apertura del corredor Zangezur, que conectaría Turquía con Asia Central a través de Azerbaiyán. Esto consolidaría una expansión panturánica sin precedentes, con respaldo tácito de Estados Unidos.
El objetivo no es altruista: frenar la Ruta de la Seda de China y contener a Rusia en el Cáucaso, sin necesidad de bases militares ni tratados formales.
Una Realidad Fría: Armenia Queda Atrás
Armenia sería, en este escenario, la Ucrania del Cáucaso. Occidente le promete integración europea, reformas democráticas y asistencia económica. Pero si estalla un nuevo conflicto, nadie acudirá en su defensa. Ceder Syunik será el precio por la paz… y la prueba de que las promesas globalistas valen menos que los intereses duros.
¿El Fin de la OTAN? No, el Renacimiento de EE.UU.
Kaloustian no sugiere un aislamiento estadounidense, sino una redefinición audaz del poder. Trump no debilitaría la influencia de EE.UU., la reorientaría hacia nodos estratégicos reales, donde el compromiso con Europa del Este, tan caro para la burocracia de Bruselas, simplemente ya no tiene sentido.
La Historia Cambia de Rumbo
El artículo de Garen Christopher Kaloustian no es solo una especulación audaz: es un aviso claro de lo que está en marcha. El mundo pos-1945, construido sobre valores idealistas, se desmorona. El mundo pos-2025 se basará en intereses verificables, alianzas dinámicas y poder real.
Quienes insistan en jugar con el tablero viejo están condenados a perder.
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La conversación no es cómoda, pero es necesaria.
Armando Febles Ramírez y Gloria Savater colaboraron en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.





