Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Ucrania a la venta: la guerra como moneda de cambio

Puedes compartir esta historia:

Zelensky entrega su país a la OTAN y a corporaciones extranjeras


Ucrania ha dejado de ser un país soberano para convertirse en un activo geopolítico administrado por la OTAN y las élites globalistas. Mientras el conflicto con Rusia sigue consumiendo vidas y recursos, la administración de Volodymyr Zelensky ha recurrido a su última estrategia de supervivencia: vender Ucrania pieza por pieza al mejor postor.

El presidente Donald Trump, desde su retorno a la Casa Blanca, ha puesto como prioridad el fin de esta guerra absurda, un conflicto que no habría ocurrido bajo su mandato. A través de negociaciones con Rusia y otros actores, la administración Trump busca restaurar la paz y evitar que Estados Unidos siga financiando una nación parasitaria que responde exclusivamente a intereses extranjeros.

Intercambio de territorios y recursos: Zelensky no negocia, liquida

La reciente propuesta de Zelensky de intercambiar territorios con Rusia es una admisión tácita de su desesperación. En una entrevista con The Guardian, el presidente ucraniano declaró: “Cambiaremos un territorio por otro”, mostrando que la soberanía nacional es solo una ficha en su juego de supervivencia política. Ucrania actualmente ocupa partes de la región rusa de Kursk, pero a cambio no tiene claro qué región exigirá, dejando en evidencia que no hay un verdadero plan estratégico, sino una venta abierta de lo que aún queda en su poder.

Sin embargo, esta maniobra es solo la punta del iceberg. Para mantener el apoyo de Estados Unidos, Zelensky ha ofrecido concesiones económicas escandalosas a corporaciones occidentales, incluyendo acuerdos multimillonarios para la reconstrucción del país y la explotación de minerales estratégicos, como el uranio y el titanio, esenciales para la industria armamentística y tecnológica.

Trump y la solución pragmática: América primero

Frente a este caos, Donald Trump ha tomado las riendas para poner fin a la guerra con un acuerdo que garantice que Estados Unidos no continúe desperdiciando dinero en un conflicto sin retorno. En una reciente entrevista con Fox News, Trump dejó claro que Ucrania ha recibido demasiado sin dar nada a cambio:

Imagine.art

“Pueden llegar a un acuerdo, puede que no lo hagan, puede que algún día sean rusos, puede que algún día no sean rusos, pero vamos a tener todo este dinero allí y dije que lo quiero de vuelta”, afirmó el presidente.

Su administración ha dejado en claro que cualquier apoyo futuro estará condicionado a un intercambio económico que beneficie a los ciudadanos estadounidenses. Como parte de esta estrategia, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha viajado a Ucrania para concretar un acuerdo en el que Kiev entregará 500.000 millones de dólares en minerales de tierras raras a cambio de asistencia militar y diplomática.

El pragmatismo de Trump contrasta con la postura de la OTAN, que sigue utilizando a Ucrania como un peón para debilitar a Rusia sin importar el costo humano o económico para los propios ucranianos. Con el vicepresidente JD Vance y el secretario de Estado Marco Rubio liderando las negociaciones en Europa, la administración Trump trabaja para cerrar este capítulo de manera favorable para Estados Unidos y sus aliados.

La OTAN mueve los hilos mientras Ucrania obedece

La influencia de la OTAN en Ucrania ha sido evidente desde el inicio del conflicto. Putin ha dejado claras sus condiciones para poner fin a la guerra: que Ucrania abandone sus aspiraciones de unirse a la OTAN y que reconozca el control ruso sobre los territorios de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhia. Sin embargo, la alianza atlántica ha utilizado a Zelensky como una marioneta para prolongar la guerra y justificar la expansión militar en Europa del Este.

Zelensky, consciente de que su única fuente de apoyo proviene de los intereses globalistas, ha buscado asegurarse de que el respaldo financiero y militar continúe fluyendo. Para ello, ha ofrecido acuerdos de reconstrucción con empresas estadounidenses y europeas, así como acceso privilegiado a recursos naturales estratégicos, con la promesa de convertir a Ucrania en un satélite de Occidente a cambio de protección.

El acuerdo se ha sellado: Ucrania pierde, la OTAN gana

Las negociaciones han concluido y el destino de Ucrania está sellado. Con el acuerdo alcanzado, Zelensky ha comprometido 500.000 millones de dólares en minerales estratégicos para garantizar la continuación de la asistencia militar y financiera de Estados Unidos. Sin embargo, esta transacción no representa una victoria para Ucrania, sino la consolidación de su papel como una nación dependiente y sin autonomía real.

Con la administración Trump presionando por una resolución pragmática, la guerra en Ucrania podría finalmente llegar a su fin. Pero la gran pregunta sigue en el aire: ¿qué quedará realmente de Ucrania cuando la OTAN y las corporaciones hayan terminado de saquearla?