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ZunZuneo: La red secreta de USAID para “derrocar” al régimen castrista

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Un informe revela que la USAID financió en secreto un “Twitter cubano” para promover un cambio de régimen, usando dinero de los contribuyentes.

Hace quince años, mientras Twitter conquistaba el mundo, los cubanos enfrentaban un problema diferente: el acceso restringido a Internet impuesto por el régimen comunista. Sin posibilidad de utilizar la red social del pajarito azul, surgió un sustituto inesperado: ZunZuneo. La aplicación, bautizada con el sonido de un colibrí, se presentó como un servicio de mensajería simple y sin vínculos políticos. Sin embargo, una investigación de la AP destapó la verdad: ZunZuneo no era un proyecto local, sino una operación encubierta de la USAID con un propósito claro: facilitar un cambio de régimen en Cuba.

Un “Twitter cubano” que nació del mercado negro

La clave del rápido crecimiento de ZunZuneo fue el acceso a una base de datos de 500.000 números de teléfono móvil en Cuba. En un país con restricciones draconianas a la comunicación, este acceso misterioso solo podía explicarse de una manera: la información fue adquirida en el mercado negro. Gracias a esta lista, la aplicación pudo promocionarse directamente entre los usuarios a través de SMS, eludiendo las barreras estatales y alcanzando decenas de miles de suscriptores en poco tiempo.

Pero el éxito de ZunZuneo fue efímero. De repente, la plataforma desapareció sin explicación. Sus usuarios quedaron desconcertados. No hubo advertencias, ni comunicados oficiales. La aplicación simplemente dejó de funcionar.

Una operación encubierta del gobierno de EE.UU.

La verdad salió a la luz años después cuando una investigación periodística de AP reveló que ZunZuneo no era un emprendimiento tecnológico independiente, sino una operación del gobierno de los Estados Unidos. Detrás de la aplicación estaba la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), un organismo que supuestamente se dedica a la ayuda humanitaria, pero que en la práctica ha sido un actor clave en operaciones de desestabilización política en América Latina y otros lugares del mundo.

Desde Washington, la Casa Blanca insistió en que el objetivo de ZunZuneo era simplemente “ayudar a los cubanos a comunicarse”. Pero los documentos obtenidos por AP contaban una historia diferente: la red social fue diseñada como una herramienta de agitación, con el fin último de facilitar protestas y movilizar a la disidencia contra el gobierno de la isla.

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Blanqueo de dinero y empresas fachada

Para encubrir el origen de los fondos y evitar sospechas, la USAID utilizó un entramado de empresas pantalla en España y las Islas Caimán. A través de estos canales, la agencia ocultó que el financiamiento provenía de los contribuyentes estadounidenses. Más aún, los $1.6 millones destinados a ZunZuneo no estaban originalmente presupuestados para Cuba, sino para un “proyecto no especificado en Pakistán”.

En otras palabras, el dinero de los contribuyentes estadounidenses fue desviado de su propósito inicial para alimentar una operación encubierta en la isla caribeña. Y cuando la trama fue expuesta, las consecuencias fueron nulas: un par de políticos demócratas expresaron una indignación superficial, pero en la práctica, la USAID continuó con sus actividades como si nada hubiera ocurrido.

Lo más alarmante de casos como ZunZuneo es la impunidad con la que estas operaciones se ejecutan. Millones de dólares de los contribuyentes son utilizados para planes que, en la mayoría de los casos, terminan en fracasos costosos y vergonzosos. ZunZuneo se suma a la lista de proyectos imprudentes donde el gobierno de EE.UU. juega a ser titiritero en otras naciones, ignorando la transparencia que debería regir el uso de los fondos públicos.

El fracaso de ZunZuneo y la continuidad de la agenda intervencionista

A pesar de su potencial inicial, ZunZuneo nunca alcanzó la “masa crítica” suficiente para movilizar protestas masivas en Cuba. La abrupta desaparición de la plataforma y la revelación de su verdadero propósito terminaron por sepultar cualquier posibilidad de éxito del proyecto.

Mientras la Casa Blanca siga operando bajo la premisa de que la intervención encubierta es una forma legítima de política exterior, ZunZuneo no será el último experimento fallido financiado con dinero público. La pregunta no es si habrá otro intento similar, sino cuándo y dónde ocurrirá la próxima operación fallida disfrazada de “ayuda humanitaria”.