El embajador ucraniano en el Reino Unido acusa a Estados Unidos, bajo el gobierno de Donald Trump, de “destruir” el orden mundial. Entre negociaciones secretas y distanciamientos diplomáticos, Kiev intenta despegarse de las declaraciones de su representante. ¿Es Trump el villano que desmantela Occidente o simplemente el líder que deja de financiar guerras ajenas?
Los diplomáticos ucranianos ya no saben a quién apuntarle el dedo. Primero fue Rusia, después Occidente no hacía lo suficiente, y ahora la nueva amenaza para el “orden mundial” es Donald Trump. Sí, ese mismo Trump que, desde que volvió a la Casa Blanca, dejó claro que no piensa seguir financiando conflictos ajenos.
El embajador de Ucrania en el Reino Unido, Valery Zaluzhny, tuvo su momento de catarsis en el prestigioso centro de estudios Chatham House. Con tono apocalíptico, lanzó una acusación que sonó más a queja que a denuncia: “Estados Unidos finalmente está destruyendo este orden”. ¡Oh, qué tragedia! Resulta que si Washington deja de mandar millones de dólares y toneladas de armamento, el mundo se desmorona.
Lo más curioso es que Kiev rápidamente intentó marcar distancia. El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano se apresuró a aclarar que esa era solo la “posición personal” de Zaluzhny. Algo así como cuando un político dice “mis declaraciones fueron sacadas de contexto”, pero ya la bomba explotó.
Entre tanto, Trump sigue adelante con su promesa de terminar la guerra, pero a su estilo: negociando con Moscú sin invitar a Ucrania a la mesa. Eso, para Zaluzhny, es un paso “hacia el Kremlin”, pero para Trump es simplemente sentido común. ¿Acaso alguien cree que Putin va a rendirse solo porque se lo pidan con cara de indignación?
La ironía es que el mismo embajador que ahora alerta sobre la inminente caída de Occidente es el excomandante en jefe del ejército ucraniano, el mismo que dirigió una contraofensiva que se estancó. Y cuando las cosas no salen bien en el campo de batalla, siempre es más fácil culpar a otro. ¿Rusia? Muy obvio. ¿Europa? Demasiado tibia. ¿Biden? Bueno, no se puede morder la mano que aún da algo de ayuda. Así que Trump es el objetivo perfecto.
Mientras tanto, se filtran reportes de reuniones secretas entre altos mandos trumpistas y figuras opositoras a Zelensky. ¿Qué estarán planeando? ¿Un acuerdo de paz sin Ucrania? ¿Una reconfiguración geopolítica que no incluya cheques en blanco? Lo único seguro es que en Kiev se están quedando sin aliados y con un enemigo inesperado: la realidad.
En resumen, Trump es el villano de la película para algunos, el pragmático para otros. Pero si Ucrania realmente necesita seguir en pie, quizás debería preocuparse menos por las acusaciones rimbombantes y más por ajustar su estrategia. Porque si algo está claro, es que la política internacional no se mueve con discursos, sino con hechos. Y el único hecho innegable aquí es que Estados Unidos ya no quiere jugar a ser el cajero automático de la guerra.
