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El nuevo liberalismo y sus raíces elitistas y utópicas

"96thStreet: Sarah Sze, Blueprint for a Landscape" by MTAPhotos is licensed under CC BY 2.0.
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El nuevo liberalismo norteamericano es como Roma, todos los caminos parecen conducir a él. Quizás esto se deba a que su construcción no ha sido cosa de un día, por supuesto. En la elaboración de la entelequia han participado numerosos factores: las ideas comunistas de la vieja guardia, la influencia de la escuela de Frankfurt en los decanatos universitarios de la nación, la apoteosis de la justicia social crítica, el neoliberalismo bushista que encontró asidero teórico en las ideas de Fukuyama… y así hasta el infinito.

Sin embargo, el pensador Fred Siegel explora (en una entrevista publicada por City Journal, que es una especie de órgano “oficialista” del conservadurismo “moderado” del Manhattan Institute for Policy Research) en las raíces profundas y podridas del fenómeno, que se remontan (en su variante de social democracia representativa) a cuando el novelista H.G. Wells promovió laa instauración de una casta aristocrática que dirigiera a la nación. Eso estaba muy en la cuerda de los padres fundadores, que en realidad desconfiaban de las democracias de las mayorías. Ahora, el problema es que Wells promueve su visión de gobierno influenciado más por las teorías del socialismo utópico que por el liberalismo clásico de la revolución norteamericana. Para Siegel esto es hostil al concepto puro de democracia, por supuesto.

Siegel piensa también que Herbert Croly es el creador del liberalismo moderno norteamericano: liberalismo ya como denominación puramente local. De hecho, la principal influencia de Croly es Auguste Comte, el padre del positivismo filosófico, a su vez un seguidor de las doctrinas del socialismo utópico de Henri de Saint-Simon.

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Hay que señalar, además, que Croly fue un gran admirador, sobre todo en los inicios del fascismo, de Mussolini. En esta cuerda Siegel menciona también a Randolph Bourne y HL Mencken.

Para Siegel la crisis del liberalismo clásico norteamericano (yo creo que se le podría llamar la primera crisis del excepcionalismo norteamericano) ocurrió en la década de los sesenta, donde a la compleja y violenta vida política de la nación se añadió el renacimiento de las teorías elitistas de Croly. Y afirma que la alianza que vemos hoy en día, por ejemplo, entre la clase super rica de los Warren Buffett y la organización Tides Foundation con organizaciones extremistas como BLM es un reflejo de la puesta en práctica de las teorías de Wells y Croly.

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DALL·E 2024 12 29 16.52.53 A symbolic illustration representing the crisis of classical American liberalism in the 1960s. The scene depicts a tumultuous and chaotic political at

En términos políticos Siegel le otorga una importancia enorme a la figura del alcalde de NY (1966-1973) John Lindsay en la configuración de la nueva ideología del partido demócrata durante los años sesenta y setenta, junto a Robert Kennedy. De hecho, Lindsay fue el autor principal del informe de la Comisión Kerner sobre los disturbios en Estados Unidos y concluyó que estos hechos de violencia fueron principalmente una función del racismo. ¡!

La contra respuesta de la época al discurso de justicia social crítica de Lindsay, vino de gente como el demócrata Daniel Patrick Moynihan, que plantearon que el problema con la comunidad afroamericana no provenía esencialmente del racismo sino de la descomposición del núcleo familiar en la comunidad negra. Monahan también predijo la aparición de la cultura woke en USA.

No es de extrañar, entonces, que a Monahan intentaran crucificarlo políticamente y que los intelectuales de izquierda subvaloraran la validez de sus observaciones. Ahora, ya la pesadilla se ha vuelto realidad.

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Crédito de la foto: “96thStreet: Sarah Sze, Blueprint for a Landscape” by MTAPhotos is licensed under CC BY 2.0.