La negligencia gubernamental y sus consecuencias devastadoras
En las próximas semanas, meses y años, se buscarán responsables por los errores que permitieron que los incendios forestales en California de 2025 se salieran de control, dejando un saldo de vidas perdidas y pérdidas económicas que ascienden a decenas de miles de millones de dólares. La simple necesidad de especificar “de 2025” evidencia la repetitividad de estos desastres, que podrían haberse previsto y evitado con medidas adecuadas.
Una política que falla a su pueblo
Kristin Crowley, jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, ha acusado a la alcaldesa Karen Bass de recortar recursos clave, mientras que el gobernador Gavin Newsom enfrenta cuestionamientos sobre la falta de agua durante los esfuerzos de extinción. La incapacidad de los funcionarios locales y estatales para gestionar reservas de agua críticas y reforzar la infraestructura ha agravado la tragedia. Esta negligencia no es nueva; las políticas de California han permitido por décadas la acumulación de riesgos, desde la burocracia paralizante hasta la mala gestión de recursos naturales.
Retrasos regulatorios y burocracia
Las quemas prescritas y otras medidas preventivas han sido sistemáticamente bloqueadas por procesos regulatorios interminables, como los de la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA) y la Ley de Calidad Ambiental de California (CEQA). Estas normativas, en su afán por proteger el medio ambiente, han paralizado los esfuerzos de restauración forestal, exponiendo a las comunidades y ecosistemas a incendios devastadores.
Mal uso y escasez de agua
Políticas como el “ùsalo o piérdelo” y la resistencia a construir plantas de desalinización o nuevos embalses han exacerbado la escasez de agua. La imposibilidad de almacenar agua de lluvias e inundaciones, combinada con una asignación política ineficaz, ha dejado al estado desprotegido frente a emergencias.
Bosques descuidados
La gestión forestal también ha sido negligente. Décadas de supresión de incendios y falta de mantenimiento han generado una acumulación peligrosa de material combustible. Expertos como Elizabeth Weil y el Centro de Investigación de la Propiedad y el Medio Ambiente (PERC) han advertido sobre la necesidad de permitir quemas controladas y restaurar los bosques de manera activa.
Reformas urgentes
Según el informe del PERC, las soluciones incluyen simplificar las revisiones regulatorias, permitir la participación de la industria privada en la restauración forestal y fomentar el uso de materiales sostenibles derivados de la limpieza de bosques. Estos cambios podrían evitar futuros desastres, pero llegan demasiado tarde para quienes ya han sufrido las consecuencias.
La tragedia de los incendios forestales de 2025 es un recordatorio contundente de que las políticas equivocadas tienen un costo humano y económico devastador. Es hora de que los líderes políticos actúen con responsabilidad y aprendan de los errores que han llevado al Estado Dorado al borde del abismo.
Foto: Harris Fire burning down Mount Miguel in San Diego County / David S. Roberts / GNU Free Documentation License





