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Ataques De Trump En Yemen: Riesgo Para Su Legado Como Pacificador

"Donald Trump- Caricature" by DonkeyHotey is licensed under CC BY 2.0.
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Los recientes ataques de Trump en Yemen contra los hutíes y sus amenazas a Irán podrían poner en riesgo su imagen como pacificador. Al vincular automáticamente a Teherán con los actos de Ansar Allah, Trump se expone a una peligrosa escalada bélica que podría frustrar sus propias gestiones diplomáticas en Medio Oriente y marcar negativamente su presidencia.


Yemen, Irán Y El Riesgo De Desandar El Camino Hacia La Paz

Los recientes ataques de Estados Unidos contra posiciones hutíes en Yemen, ordenados por el presidente Donald Trump, han despertado una oleada de preocupación entre analistas, diplomáticos e incluso figuras del espectro conservador. El motivo: una acción militar sin una estrategia clara que amenaza con empujar al país hacia una guerra regional de consecuencias impredecibles.

Lo que comenzó como una respuesta a las agresiones hutíes contra la navegación en el Mar Rojo ha escalado hacia una peligrosa retórica bélica contra Irán, que podría socavar los esfuerzos diplomáticos que Trump promovió desde su regreso a la Casa Blanca.

La Nueva Guerra Que Nadie Quiere

Trump ha sido claro: para él, cada disparo hutí equivale a un disparo iraní. Esta equiparación, sin embargo, ignora por completo las complejidades del escenario yemení. Los hutíes no son un brazo de Teherán. Su relación con Irán es pragmática, no ideológica ni jerárquica. Se trata de un movimiento autónomo, con su propia agenda, que actúa por iniciativa propia.

Al etiquetar a Ansar Allah como un mero títere iraní, la administración Trump se arriesga a responder a provocaciones de Saná con represalias en Teherán, lo cual sería una grave distorsión estratégica. Tal como ocurrió tras el asesinato de Qasem Soleimani en 2020, el mundo puede quedar al borde de una guerra por malinterpretaciones deliberadas.

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Una Campaña Militar Sin Norte

La nueva ofensiva aérea estadounidense en Yemen, aunque poderosa en lo táctico, adolece de una falta total de visión estratégica. La historia reciente es elocuente: Arabia Saudí bombardeó intensamente Yemen desde 2015 con apoyo logístico de Occidente y no logró derrocar al gobierno hutí en Saná. Solo sembró miseria y catástrofe humanitaria.

Hoy, incluso los socios regionales más cercanos a Washington —Arabia Saudí y Omán— rechazan una reanudación del conflicto. Ambos países buscan estabilidad y modernización, no otro polvorín que incendie sus fronteras. La única “fuerza aliada” disponible sobre el terreno sería Al Qaeda, un contrasentido absoluto que expone el sinsentido de una intervención mal concebida.

Trump Contra Su Propia Doctrina

El editorial que comentamos, publicado originalmente por Responsible Statecraft, recoge una verdad incómoda: Trump está saboteando su propio legado. Fue él quien, en su primer mandato, se alejó de las guerras interminables y prometió acabar con el aventurerismo militar neoconservador.

Ahora, en sus primeros meses del nuevo mandato, el peligro de caer en una nueva guerra en Oriente Medio amenaza con replicar los errores que tanto criticó. Incluso voces conservadoras como Ann Coulter han cuestionado la necesidad de estos ataques: “¿Por qué tuvimos que hacer esto?”, escribió.

La advertencia es clara: el electorado que apoyó a Trump por su política exterior moderada no respaldará una escalada innecesaria que solo sirve a los intereses del complejo militar-industrial.

Teherán: ¿Adversario O Interlocutor?

Irán, con todas sus sombras, ha dado señales de estar dispuesto a retomar el diálogo. La reciente carta de Trump al Líder Supremo iraní, Ayatolá Alí Jamenei, buscaba reabrir canales de negociación. Sin embargo, los bombardeos y amenazas han hecho trizas ese esfuerzo.

En la cultura política iraní, las negociaciones bajo presión son inaceptables. Si Trump quiere una salida diplomática, sus acciones deben acompañar su retórica. De lo contrario, los sectores más duros dentro del régimen iraní se impondrán, con consecuencias devastadoras.

El riesgo es claro: una guerra abierta con Irán no solo destruiría el legado de Trump, sino que generaría un conflicto mayor que Irak, con implicaciones nucleares, económicas y humanas descomunales.


Entre La Paz Y El Abismo: El Futuro Está En Juego

Donald Trump tiene una oportunidad única de consolidarse como el presidente que rompió con la tradición belicista de Washington. Ya ha sido reconocido por sus avances en Ucrania y por denunciar el despropósito de la guerra de Irak.

Pero ese capital político puede evaporarse si permite que una lógica reactiva e impulsiva lo arrastre a otro conflicto sin salida. Yemen e Irán son campos minados, y la historia no perdonará otro error de cálculo.


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¿Vale la pena poner en riesgo la paz por una venganza sin objetivos claros?

En Hombres Sabios Magazine, analizamos lo que los medios temen decir.

Armando Febles Ramírez y Gloria Savater colaboraron en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.

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