Indulta a Fauci, Milley y su familia mientras defiende sus decisiones como un acto de justicia, no de culpabilidad.
En una de sus últimas acciones como presidente, Joe Biden sorprendió a propios y extraños al otorgar una serie de indultos preventivos ampliamente polémicos. Entre los beneficiarios destacan Anthony Fauci, el general retirado Mark Milley, miembros del comité del 6 de enero del Congreso y, de manera aún más controvertida, varios integrantes de su propia familia. Estas decisiones han desatado un intenso debate sobre el uso del poder presidencial, particularmente por las implicaciones éticas y legales de sus actos.
“Indultos de Joe Biden” generan críticas
El comunicado oficial de la Casa Blanca sostuvo que “la concesión de estos indultos no debe interpretarse erróneamente como un reconocimiento de que alguna persona haya cometido algún delito”. Sin embargo, la jurisprudencia establece que aceptar un indulto es una admisión tácita de culpabilidad, lo que ha alimentado las críticas de legisladores y analistas.
Anthony Fauci, quien lideró la respuesta federal a la pandemia de COVID-19, fue indultado pese a su implicación en investigaciones sobre el Instituto de Virología de Wuhan y las controvertidas prácticas de ganancia de función. Republicanos como el senador Rand Paul habían pedido que Fauci fuera procesado, acusándolo de encubrimiento y mal manejo de la pandemia.
Por su parte, Mark Milley, conocido por sus desacuerdos con el expresidente Donald Trump, también recibió un indulto. Milley había causado polémica al comunicarse directamente con funcionarios militares chinos tras el 6 de enero de 2021, supuestamente para prevenir un conflicto.
Indultos a la familia Biden
El acto más controvertido fue, sin duda, el indulto otorgado a los miembros de la familia del presidente. Entre los beneficiarios se encuentran James Biden, Francis Biden, Valerie Biden Owens y Sara Biden. El indulto cubre posibles delitos cometidos desde 2014, un periodo en el que las actividades comerciales de la familia Biden, especialmente las de Hunter Biden, han estado bajo el escrutinio del Congreso.
En su defensa, Biden afirmó que su familia había sido objeto de “ataques y amenazas constantes” y que las investigaciones con motivaciones políticas “causan estragos en las vidas de las personas”. Sin embargo, la decisión ha sido calificada como un intento descarado de protegerse a sí mismo y a sus allegados de futuras investigaciones, especialmente considerando las múltiples acusaciones de corrupción vinculadas a negocios extranjeros.
¿Un abuso de poder presidencial?
Los “polémicos indultos presidenciales” emitidos por Biden han generado una intensa reacción, no solo por la amplitud de los beneficiarios, sino también por el mensaje político que transmiten. Los republicanos han señalado que esta acción mina la legitimidad de las críticas demócratas hacia los indultos que Donald Trump podría otorgar en el futuro.
Los críticos argumentan que, al extender indultos preventivos, Biden busca proteger a su círculo cercano y consolidar una narrativa que desvía la atención de las acusaciones más serias en su contra. Este tipo de maniobras, según analistas conservadores, podría sentar un precedente peligroso al politizar el uso del poder ejecutivo.
El futuro de los indultos presidenciales
Mientras Biden abandona la Casa Blanca, deja un legado marcado por decisiones que han polarizado aún más al país. Sus indultos, incluyendo el otorgado a Anthony Fauci y el “indulto de Mark Milley”, serán recordados como ejemplos de cómo el poder presidencial puede utilizarse para moldear el futuro legal y político de aliados y familiares.
Con las investigaciones del Congreso sobre los negocios de la familia Biden aún abiertas y las tensiones políticas en su punto álgido, la controversia sobre estos indultos está lejos de terminar.