Una encuesta reciente de Fox News revela que la mayoría de los estadounidenses respalda la política de deportaciones impulsada por el presidente Trump. Además, sus propuestas culturales como prohibir atletas trans en deportes femeninos y oficializar el inglés también cuentan con amplio apoyo. El respaldo popular contradice el relato progresista dominante y refleja un cambio profundo en el sentir ciudadano.
¿Un Pueblo Que Despierta? La Encuesta Que Desmonta El Relato Progresista
A contramano del discurso políticamente correcto que impera en los medios tradicionales, una reciente encuesta nacional realizada por Fox News ha arrojado resultados que confirman lo que muchos ya intuíamos: el ciudadano estadounidense promedio está harto de las imposiciones ideológicas del globalismo y desea un retorno al sentido común.
La consulta, publicada dos meses después de que el presidente Donald Trump asumiera nuevamente el cargo, refleja una clara inclinación hacia políticas conservadoras, tanto en lo cultural como en lo económico. Y no se trata de una mayoría silenciosa: es una mayoría decidida, informada y cansada de ver cómo se manipula la realidad desde las altas esferas mediáticas y académicas.
Apoyo Rotundo a las Deportaciones
Según los datos, el 63 % de los encuestados apoya la deportación de inmigrantes ilegales, frente a un 35 % que se opone. Esta cifra es aún más significativa si se considera el bombardeo mediático constante que intenta pintar estas políticas como crueles o radicales. Lejos de eso, la gente simplemente exige que se cumpla la ley.
Este respaldo también desarma la narrativa progresista que pretende vincular toda política migratoria con el racismo o la xenofobia. No se trata de odio, sino de orden, soberanía y seguridad. Quienes cruzan las fronteras de forma ilegal, sin respetar los procesos establecidos, deben enfrentar consecuencias. Y el pueblo americano lo tiene claro.
Cultura, Lengua y Sentido Común
Las políticas más populares no solo se centraron en la inmigración. El 68 % apoya prohibir que atletas transgénero compitan en deportes femeninos, una postura que ha sido ferozmente atacada por las élites pero que claramente resuena con el instinto natural de justicia del pueblo.
Además, un 66 % está a favor de oficializar el idioma inglés, lo cual refleja una preocupación creciente por la fragmentación cultural y lingüística del país. Este apoyo no es contra otras lenguas, sino a favor de la unidad nacional.
De igual manera, un 54 % apoya que el gobierno reconozca solo dos géneros, reafirmando la verdad biológica frente a los caprichos ideológicos del progresismo de género.
Economía Nacional vs. Globalismo
En el plano económico, el 53 % apoya aumentar la producción de combustibles fósiles, desmontando la narrativa de la “emergencia climática” que ha sido usada como excusa para desindustrializar Occidente y entregar la soberanía energética a intereses supranacionales.
El apoyo a las tarifas también varía según el país. Mientras una mayoría del 55 % respalda los aranceles a China, los aumentos a México y Canadá resultan menos populares. Este detalle sugiere que el ciudadano medio distingue entre aliados y adversarios geopolíticos, sin necesidad de manuales progresistas.
Un Choque Irreconciliable
Los resultados de la encuesta dejan en evidencia el abismo entre el ciudadano común y las élites ideológicas que gobiernan universidades, medios y organismos internacionales. El progresismo cultural y el globalismo económico enfrentan hoy un rechazo mayoritario que los medios intentan disimular, pero que es cada vez más inocultable.
La izquierda intelectual no sabe cómo justificar que la “crueldad” de Trump tenga tanto apoyo popular. Algunos, como la corresponsal Laura Barrón-López, intentan culpar a la propaganda. Pero la verdad es más sencilla: el pueblo está harto y quiere volver a las raíces, a la ley, al orden, y al sentido común.
Conclusión: El Voto De La Razón
Este estudio revela algo más profundo que un simple apoyo político: muestra un despertar. Un rechazo frontal al experimento social forzado por tecnócratas y burócratas que nunca consultaron al pueblo. Las ideas de Trump —por más polémicas que parezcan a los editorialistas de Nueva York— están firmemente enraizadas en la conciencia colectiva de una nación que, lentamente, recupera su voz.
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