Mitch McConnell deja el liderazgo republicano del Senado tras 18 años marcados por estrategias obstruccionistas, polarización y un impacto duradero en la política estadounidense.
El 3 de enero se reúne en Washington D.C. un nuevo Congreso de los Estados Unidos, pero por primera vez en 18 años, un líder republicano clave ya no estará al mando: el senador Mitch McConnell.
Desde 2007, McConnell se desempeñó como jefe del Partido Republicano en el Senado, guiando a sus miembros a través de cuatro presidencias y desafíos legislativos complejos. Su mandato, el más largo en la historia de su partido, será recordado como un punto de inflexión tanto para los republicanos como para el Congreso.
Un liderazgo divisivo
McConnell consolidó un modelo de política hiperpartidista, introduciendo estrategias obstruccionistas que profundizaron la polarización. Según Steven S. Smith, profesor emérito de Ciencias Políticas, McConnell transformó el Senado, pasando de ocasionales bloqueos legislativos a una cámara donde cualquier iniciativa significativa requería 60 votos para avanzar.
Aunque fue un líder profundamente partidista, McConnell también enfrentó tensiones dentro del Partido Republicano, especialmente con Donald Trump. Su legado incluye la negativa a votar por el reemplazo del juez de la Corte Suprema Antonin Scalia en 2016, una maniobra que permitió a Trump consolidar una mayoría conservadora en la Corte.
Rivalidad con Trump
A pesar de su compromiso con el Partido Republicano, McConnell mantuvo una relación fría con Trump, quien lo apodó “viejo cuervo” y criticó a su esposa, Elaine Chao. McConnell, por su parte, denunció el aislacionismo de Trump y lo comparó con el de la década de 1930.
Sin embargo, con 82 años y problemas de salud, los expertos sugieren que su capacidad para oponerse a Trump será limitada.
McConnell planea mantenerse en el Senado y asumirá un papel clave en el Subcomité de Asignaciones de Defensa. Si bien algunos cuestionan su relevancia futura, otros, como el periodista Al Cross, lo consideran el máximo institucionalista: “Ama al Senado y su rol en moldear la política presidencial”.
El retiro de McConnell marca el fin de una era para el liderazgo republicano y el inicio de una nueva fase para el Congreso de Estados Unidos.