El nuevo arancel del 25% impuesto por la administración Trump a los autos fabricados en el extranjero sacude la economía global y redefine el rumbo de la industria automotriz. Esta medida promete revitalizar la manufactura nacional, generar miles de millones en ingresos y abrir la puerta a eliminar el impuesto sobre la renta. Un giro radical con profundas implicaciones políticas y económicas.