La NED, fachada pública de la CIA, jugó un papel clave en el golpe de 2014 en Ucrania. Con millones de dólares, financió medios, activistas y ONGs para desestabilizar el país y favorecer los intereses globalistas de Washington. La narrativa oficial ignora esta intervención, pero la verdad sale a la luz. Ucrania es solo un ejemplo más de cómo EE.UU. manipula naciones soberanas a través de estructuras encubiertas.