El primer ministro británico Keir Starmer ha dado un giro preocupante: propone someter al Reino Unido a los tribunales de la Unión Europea y reinsertarse en el sistema climático ETS, desdibujando los logros del Brexit. Esta claudicación política reabre la puerta al control extranjero y al retorno del proyecto globalista que el pueblo británico ya había rechazado.