Los recientes ataques de Trump en Yemen contra los hutíes y sus amenazas a Irán podrían poner en riesgo su imagen como pacificador. Al vincular automáticamente a Teherán con los actos de Ansar Allah, Trump se expone a una peligrosa escalada bélica que podría frustrar sus propias gestiones diplomáticas en Medio Oriente y marcar negativamente su presidencia.