La embajadora en Ucrania, Bridget Brink, mantiene estrechos lazos con Victoria Nuland, exsubsecretaria de Estado y figura clave en la política exterior de EE.UU. Su influencia, heredada de la era Obama-Biden, podría chocar con la nueva dirección de la administración Trump. Con el giro estratégico de Washington, surge la interrogante sobre el futuro de Brink y su alineación con el establishment globalista.