La administración Trump recorta 1.300 puestos en los CDC, para disminuir la burocracia del Estado.
En una decisión que ha generado controversia, “Trump reduce el CDC” con un recorte de aproximadamente 1.300 puestos, lo que representa el 10% de la fuerza laboral de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La medida, que afecta principalmente a empleados en período de prueba y a aquellos recientemente ascendidos, ha suscitado preocupaciones sobre la capacidad del organismo para responder a amenazas sanitarias nacionales e internacionales.
Un golpe a la burocracia sanitaria
La administración Trump ha dejado claro que esta reestructuración es parte de un esfuerzo más amplio para optimizar la eficiencia gubernamental y reducir la dependencia de estructuras burocráticas infladas. Según el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), supervisado por Elon Musk, estos despidos buscan eliminar redundancias y mejorar el rendimiento operativo.
Sin embargo, críticos de la medida advierten que la reducción de personal podría debilitar la capacidad del CDC para gestionar emergencias sanitarias y epidemias globales. Los despidos han afectado especialmente al Servicio de Inteligencia Epidémica (EIS), una unidad clave en la detección temprana y respuesta ante enfermedades infecciosas.
Robert F. Kennedy Jr. y la nueva dirección en salud
El impacto de esta reestructuración también se ve reflejado en la agenda del nuevo Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr. Pese a sus promesas de proteger la base científica de las agencias de salud, su prioridad ha sido combatir las enfermedades crónicas infantiles, sin ofrecer detalles claros sobre su estrategia a largo plazo.
Este movimiento refuerza la visión de una administración que busca reformar drásticamente el sistema de salud pública, incluso a costa de reducir el personal de agencias clave.
Consecuencias globales y polémicas políticas
Las repercusiones de esta decisión van más allá de las fronteras de EE.UU. Muchos de los empleados despedidos eran profesionales altamente capacitados, cuya labor fortalecía la cooperación internacional en materia de investigación y respuesta sanitaria. Con un panorama global interconectado, cualquier debilitamiento en la capacidad de los CDC podría traducirse en una mayor vulnerabilidad ante futuras crisis sanitarias.
La decisión también ha intensificado el debate sobre la politización de las agencias de salud. Mientras los defensores de la administración Trump consideran que estos recortes son un paso necesario para eliminar el despilfarro y reducir la influencia de estructuras burocráticas, sus opositores advierten que la reducción de capacidades podría generar riesgos innecesarios para la salud pública.
El legado de la reestructuración
Los recortes en los CDC representan una de las medidas más audaces de la administración Trump en su esfuerzo por transformar el aparato estatal. Al eliminar puestos considerados redundantes y delegar más responsabilidades en manos del sector privado, la estrategia refleja una filosofía de gobierno que privilegia la eficiencia sobre la expansión burocrática. La salud pública no puede depender de estructuras infladas.
Lo que está claro es que “Trump reduce el CDC” con una estrategia que busca redefinir la salud pública bajo un paradigma más conservador, marcando un cambio radical en la forma en que el gobierno federal gestiona las emergencias sanitarias y la investigación epidemiológica.
⨀ Armando Febles Ramírez y Gloria Savater, periodistas, colaboraron en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.