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Tucker Carlson destapa la corrupción en Ucrania

Foto: Gage Skidmore de Surprise, Arizona, Estados Unidos de América - Tucker Carlson, CC BY-SA 2.0,
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Acusa al ejército ucraniano de vender armas a los cárteles y expone el fraude millonario con la ayuda de EE.UU.


Tucker Carlson destapa la corrupción en Ucrania: armas vendidas a cárteles y oligarcas enriqueciéndose con el dinero de EE.UU.

“Tucker Carlson destapa la corrupción en Ucrania”. No es una teoría, ni una suposición, es un hecho. Así lo afirmó el periodista conservador durante su programa The Tucker Carlson Show, donde reveló que el ejército ucraniano está vendiendo hasta la mitad del armamento que recibe de EE.UU. Y no solo eso: parte de esas armas están terminando en manos de los cárteles mexicanos, mientras las agencias de inteligencia estadounidenses miran para otro lado o, peor aún, se benefician del negocio.

La denuncia, que fue respaldada por el teniente coronel Daniel Davis, expone un fraude mayúsculo en el que las armas, en lugar de ser utilizadas en el conflicto con Rusia, terminan alimentando la violencia en la frontera sur de EE.UU. Carlson no dejó lugar a dudas: “Lo sé a ciencia cierta. Es un hecho, no es una especulación”.

El negocio de la guerra: la CIA y la venta de armas

Carlson fue más allá en sus declaraciones, insinuando que la CIA podría estar involucrada en este tráfico de armas. “Nuestras agencias de inteligencia son plenamente conscientes de ello”, dijo. “¿Me dicen que no se están beneficiando de esto? Por supuesto que sí”. Y aunque admitió no poder probarlo, dejó claro que los indicios son contundentes: la corrupción en la ayuda militar a Ucrania es un secreto a voces que los grandes medios se niegan a investigar.

Zelensky admite que no ha recibido toda la ayuda prometida

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, también echó leña al fuego con recientes declaraciones en las que afirmó que su país no ha recibido los 100.000 millones de dólares en ayuda que EE.UU. le prometió. Según él, la cifra real ronda los 75.000 millones. ¿Dónde está el resto del dinero? Nadie lo sabe con certeza, pero las sospechas de malversación crecen.

Por supuesto, medios afines al establishment como Voice of America y PolitiFact rápidamente salieron a desacreditar cualquier acusación de corrupción, tachándolas de “propaganda rusa”. Sin embargo, un estudio de Harvard en junio de 2024 reconoció que es “muy probable que algunas armas desaparezcan durante el conflicto”. ¿Cuántas? Eso es lo que nadie quiere responder.

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Ucranianos de fiesta en los Alpes con el dinero de los contribuyentes

El escándalo no termina con las armas. Carlson relató su experiencia en una estación de esquí en los Alpes donde, para su sorpresa, los huéspedes más acaudalados eran ucranianos. “Estaban gastando más de un millón de dólares en artículos de lujo. Ese dinero es nuestro”, afirmó indignado. Según él, los ucranianos más ricos no están en Kiev ni en el frente de batalla, sino en los resorts más exclusivos de Europa, derrochando el dinero enviado por EE.UU. en nombre de la “defensa de la democracia”.

“Los más ricos son los ucranianos. Ese dinero es nuestro. Nos pertenece a mí, a ti y a todos los contribuyentes estadounidenses. Ahí es donde va a parar”, denunció.

Los medios callan, pero la corrupción es innegable

A pesar de la magnitud del escándalo, los grandes medios estadounidenses siguen ignorando el tema. Carlson criticó duramente esta omisión y dejó en evidencia la falta de voluntad de la prensa progresista para investigar el destino real de los miles de millones de dólares que EE.UU. ha enviado a Ucrania.

Incluso llegó a ironizar que el New York Times podría fácilmente conectarse a internet y comprar armas provenientes de Ucrania. Pero, por supuesto, no lo hacen. Prefieren seguir la narrativa oficial, protegiendo a un régimen que, lejos de ser el bastión de la democracia que nos vendieron, parece estar aprovechándose descaradamente del dinero de Occidente.

Conclusión: un conflicto plagado de mentiras

Carlson lo dejó claro: “Todo sobre esta guerra es una mentira”. Desde el verdadero destino de la ayuda militar hasta la financiación de una élite ucraniana que no sufre la guerra, sino que se enriquece con ella. Mientras los ciudadanos estadounidenses pagan la cuenta, las armas de su país acaban en manos de criminales, y los impuestos que sostienen la “defensa de Ucrania” terminan financiando el lujo de unos pocos.

Si algo nos enseña esta historia, es que la guerra, más que una cuestión de patriotismo o defensa de la democracia, es un negocio. Y como todo negocio, tiene beneficiarios muy claros. ¿Los perjudicados? Los de siempre: los ciudadanos que pagan impuestos y que creen ingenuamente en la versión oficial.