El presidente propone una ocupación estadounidense en Gaza tras la guerra con Hamás, en un plan que carece de lógica histórica y estratégica.
“Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza”, afirmó el presidente Donald Trump en una conferencia de prensa junto a Benjamin Netanyahu. Su declaración, lejos de ser solo retórica, insinúa una posible expansión del papel estadounidense en el conflicto de Medio Oriente. La pregunta es: ¿será esta una estrategia que garantice la estabilidad o un error que traerá más caos a la región?
La Franja de Gaza ha sido históricamente un punto de conflicto. El terrorismo árabe, representado por grupos como Hamás, ha convertido el enclave en un foco de violencia, utilizando a la población civil como escudo humano y sembrando odio contra Israel y Occidente. Al mismo tiempo, las políticas de Netanyahu, con su estrategia de expansión sionista, han provocado miles de muertes, desplazamientos forzados y una tensión que ha cobrado un alto precio también para el pueblo israelí.
El dilema de Gaza: entre el terrorismo y la opresión
Gaza es una zona marcada por el sufrimiento. Desde que Hamás tomó el control en 2007, la región ha sido utilizada como plataforma de ataques contra Israel, con cohetes disparados hacia ciudades israelíes y túneles subterráneos usados para infiltrar terroristas. Este régimen islamista ha hecho poco por mejorar la vida de los palestinos, mientras sus líderes se enriquecen y envían a los más jóvenes a morir en atentados suicidas.
Por otro lado, las políticas de Israel bajo Netanyahu han exacerbado la crisis. Su respuesta a los ataques de Hamás ha sido desproporcionada en numerosas ocasiones, dejando miles de víctimas civiles en bombardeos que arrasan barrios enteros. La vida de los israelíes también ha sido afectada, con una población que vive en constante estado de alerta y jóvenes que deben servir en un ejército que libra una guerra sin final a la vista.
Israel, un país alineado con las élites globalistas en muchos aspectos, ha utilizado el conflicto como una excusa para perpetuar su ocupación en territorios palestinos. Netanyahu, lejos de ser un defensor genuino del pueblo judío, ha manejado el conflicto con una doble agenda: mantener su poder interno mientras sigue expandiendo el control israelí en la región.
Trump y su apuesta por la estabilidad en Medio Oriente
El presidente Trump no es ajeno a la complejidad de Medio Oriente. Durante su primer mandato, impulsó los Acuerdos de Abraham, un avance significativo en las relaciones entre Israel y varios países árabes. Sin embargo, su actual propuesta de “hacerse cargo de Gaza” genera dudas sobre su viabilidad y sus implicaciones estratégicas.
Históricamente, las intervenciones estadounidenses en la región han resultado en prolongados conflictos y altos costos humanos y económicos. La ocupación de Irak y Afganistán, lejos de pacificar esos países, terminó sumiéndolos en caos y favoreciendo el crecimiento de grupos terroristas. ¿Por qué sería diferente en Gaza?
Trump sugiere que Estados Unidos podría transformar Gaza en una “Riviera del Medio Oriente”, pero no ha explicado cómo se lograría eso en un territorio devastado, gobernado por Hamás y con una población que desconfía profundamente de la intervención extranjera. Además, la comunidad internacional ha reaccionado con escepticismo. Egipto, Jordania, Arabia Saudita y la Liga Árabe han condenado cualquier intento de reubicación forzosa de palestinos, dejando claro que no aceptarán una nueva ola de desplazamientos.
Incluso dentro del Partido Republicano hay voces de alarma. Un estratega político advirtió que una ocupación estadounidense de Gaza podría ser “mucho peor que Afganistán e Irak”. Si bien Trump ha sido un líder pragmático en política exterior, este plan parece carecer de los elementos estratégicos que hicieron exitosas sus anteriores iniciativas en Medio Oriente.
Netanyahu: el otro factor de inestabilidad
Mientras Trump busca una solución a la crisis, Netanyahu sigue implementando políticas que solo alimentan la hostilidad en la región. Sus acciones han provocado no solo el sufrimiento de los palestinos, sino también el de los propios israelíes. La inseguridad en las ciudades fronterizas, los atentados, los bombardeos y el creciente aislamiento internacional de Israel son consecuencias directas de su enfoque bélico.
Netanyahu ha utilizado el conflicto para consolidar su poder político. Su retórica agresiva y su insistencia en la expansión territorial han alejado cualquier posibilidad de una solución pacífica a largo plazo. Para el pueblo israelí, esto significa seguir viviendo en un estado de guerra permanente, con sus jóvenes en el frente de batalla y su sociedad dividida entre la seguridad y la moralidad de sus acciones.
Conclusión: ¿es viable la propuesta de Trump?
La idea de que “Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza” plantea más preguntas que respuestas. Aunque la intención del presidente Trump es garantizar la estabilidad, la historia demuestra que las intervenciones extranjeras en Medio Oriente rara vez terminan bien.
El terrorismo islámico sigue siendo una amenaza latente, y Hamás no cederá fácilmente el control de Gaza. Al mismo tiempo, la expansión sionista de Netanyahu continúa exacerbando el conflicto, asegurando que tanto israelíes como palestinos vivan en un estado de permanente tensión.
Si Trump realmente busca una solución, debería enfocarse en estrategias diplomáticas realistas que no repitan los errores del pasado. Un enfoque basado en seguridad, estabilidad y acuerdos regionales puede ser una mejor opción que una intervención militar directa.
El pueblo palestino necesita liberarse tanto del yugo del terrorismo como del expansionismo israelí. Y el pueblo israelí merece un liderazgo que busque la paz en lugar de perpetuar la guerra. En este escenario, la Casa Blanca debe evaluar si su propuesta es una verdadera solución o simplemente otra promesa que, como muchas antes, está condenada al fracaso.
⨀ Rafael Piñeiro-López, Armando Febles Ramírez y Gloria Savater, colaboraron en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.