El colegio electoral de Georgia ha confirmado la presidencia de Mikhail Kavelashvili, un político euroescéptico vinculado al partido gobernante Sueño Georgiano. Este nombramiento ocurre en un clima de alta tensión política tras las elecciones parlamentarias del pasado octubre, que la oposición calificó de fraudulentas.
La expresidenta Salomé Zourabichvili, cuyo mandato finalizó en diciembre de 2024, ha denunciado la investidura como una “parodia” y sigue insistiendo en que es la presidenta legítima. Las protestas masivas en Tbilisi han mantenido al país en un estado de agitación constante, con enfrentamientos entre manifestantes y la policía.
El partido Sueño Georgiano defiende una política exterior equilibrada y relaciones pragmáticas con Rusia, en contraste con la oposición prooccidental, que busca la integración plena con la UE y la OTAN. Esta división se profundizó con la aprobación de la controvertida ley de “transparencia de la influencia extranjera”, criticada internacionalmente y que derivó en sanciones de Estados Unidos y la suspensión del proceso de adhesión a la UE.
Mientras tanto, Kavelashvili asumió la presidencia en un sistema parlamentario que ha eliminado la elección popular directa para este cargo. Aunque su papel es mayormente ceremonial, su investidura refuerza la postura del partido gobernante en medio de una crisis política que pone en juego el rumbo de Georgia entre Europa y Rusia.
Zourabichvili, por su parte, ha prometido seguir luchando por lo que considera la democracia y legitimidad en Georgia, manteniendo una postura desafiante frente al gobierno actual.
- Crédito de la foto: “Georgian Dream pro-‘foreign agent law’ rally, Tbilisi, 29 April 2024 (4)” by Jelger Groeneveld is licensed under CC BY 2.0.
