Un informe respaldado por el gobierno israelí señala a Turquía como una amenaza creciente, mientras Netanyahu apuesta por políticas ofensivas que aumentan el presupuesto militar y ocupan nuevos territorios. ¿Es este un camino sostenible o una escalada que podría desestabilizar la región aún más?
El reciente informe de la Comisión Nagel, creada por el gobierno israelí, plantea un preocupante giro en la política de seguridad de Israel bajo el liderazgo de Benjamin Netanyahu. El documento sugiere que Turquía podría convertirse en una amenaza mayor que Irán debido a su respaldo a facciones en Siria y su supuesta ambición de restaurar la influencia otomana en Oriente Medio. Para enfrentarlo, recomienda un cambio estratégico hacia una postura más ofensiva, con un significativo aumento del presupuesto militar y la reasignación de recursos para operaciones ofensivas.
Sin embargo, esta postura bélica plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad y ética de las políticas de Netanyahu. Desde la caída de Bashar Assad en Siria, Israel ha intensificado bombardeos sobre infraestructura militar siria y ha ocupado más territorio en la zona de amortiguación de los Altos del Golán, acciones que han sido vistas como provocaciones innecesarias que podrían desencadenar un conflicto regional mayor.
El deterioro de las relaciones entre Israel y Turquía, agravado por la ruptura diplomática de Ankara tras la ofensiva israelí en Gaza en 2023, alimenta aún más las tensiones. Turquía ha acusado a Israel de “terrorismo de Estado” y “genocidio”, mientras que el gobierno de Netanyahu considera el respaldo turco a Hamás como una amenaza directa.
Críticos de Netanyahu advierten que esta estrategia militarista no solo expone a Israel a riesgos innecesarios, sino que también ignora las consecuencias de largo plazo para la estabilidad regional. La militarización excesiva y la ocupación de territorios violan acuerdos internacionales y profundizan la hostilidad con sus vecinos, en lugar de buscar soluciones diplomáticas.
A medida que Netanyahu redobla su apuesta por políticas ofensivas, las voces que claman por moderación y diálogo parecen perder terreno frente a un gobierno que prioriza el conflicto sobre la cooperación. ¿Es esta una estrategia que garantizará la seguridad de Israel o una escalada que dejará una región aún más fragmentada y hostil?
⨀ Foto: “Benyamin Netanyahu, painted portrait” by Abode of Chaos is licensed under CC BY 2.0.