El gobierno sirio, bajo el liderazgo de Abu Mohammad al-Julani, ha sellado un acuerdo con las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) para su reintegración en el país. Ante la falta de opciones estratégicas, los kurdos han optado por pactar con Damasco. Estados Unidos, enfocado en sus propios intereses nacionales, ha dejado claro que no seguirá financiando conflictos sin un retorno tangible.
Realpolitik En Acción: Un Nuevo Equilibrio En Medio Oriente
El tablero geopolítico de Medio Oriente está cambiando y los actores locales han entendido que deben adaptarse. Estados Unidos, bajo la administración Trump, ha dejado claro que su política exterior no girará en torno a la manutención de conflictos interminables.
Esta realidad llevó a los kurdos a tomar una decisión pragmática: negociar su reintegración en Siria. La firma del acuerdo con Abu Mohammad al-Julani representa un ajuste a las nuevas condiciones en la región. Sin un respaldo militar y financiero asegurado desde Washington, los kurdos optaron por garantizar su supervivencia mediante la diplomacia con Damasco.
Desde el fin del régimen de Bashar al-Assad en diciembre, Siria ha estado en un proceso de reconfiguración. Julani, quien ha consolidado su liderazgo con mano firme, ha entendido que mantener el control del país requiere estabilidad en el norte, donde las SDF han operado con relativa autonomía.
El pacto firmado en Damasco establece varios puntos clave:
- Los kurdos recibirán reconocimiento constitucional como comunidad indígena siria.
- El control de los recursos estratégicos pasará a manos del gobierno central.
- Las SDF serán absorbidas dentro del ejército sirio.
- Damasco gestionará los cruces fronterizos y la infraestructura regional.
Estos términos reflejan un acuerdo de supervivencia, más que una victoria política para los kurdos.
Julani Consolida Su Régimen Con Métodos Cuestionables
A pesar de las promesas de inclusión y estabilidad, el gobierno de Julani ha demostrado su disposición a emplear la fuerza para consolidar el poder.
Días antes del acuerdo, sus fuerzas llevaron a cabo masacres de entre 800 y 2.000 civiles alauitas y cristianos en la costa siria. Videos de ejecuciones y torturas circularon ampliamente, generando condenas de parte de Estados Unidos e Israel.
Sin embargo, la Unión Europea optó por una postura ambigua, evitando confrontaciones con el nuevo régimen. La hipocresía internacional vuelve a quedar en evidencia: mientras algunos gobiernos critican la violencia de Julani, pocos están dispuestos a intervenir para cambiar la situación.
El Factor Turquía Y La Nueva Realidad Militar
Si bien el acuerdo con Damasco estabiliza la relación entre el gobierno sirio y los kurdos, el problema turco sigue sin resolverse.
Turquía considera a las SDF como una extensión del grupo terrorista PKK y ha invadido el norte de Siria en varias ocasiones. Las fuerzas del Ejército Libre Sirio, respaldadas por Ankara, han estado combatiendo a los kurdos sin señales de una tregua cercana.
Julani tendrá que equilibrar su relación con Turquía, evitando un enfrentamiento directo que podría desestabilizar su propio gobierno. El futuro de las SDF dentro del ejército sirio sigue siendo incierto, y la pregunta clave es si Ankara tolerará este nuevo arreglo territorial.
Estados Unidos: Un Enfoque Estratégico, No Un Abandono
El realismo político de la administración Trump ha quedado claro: Estados Unidos ya no es el financista de conflictos que no representan un beneficio estratégico directo.
Este enfoque no es una señal de debilidad ni de irresponsabilidad, sino una reconfiguración lógica de la política exterior. Cada nación debe asumir su propio destino, y el caso kurdo es un claro ejemplo de ello.
El intervencionismo indiscriminado ha sido reemplazado por una visión más pragmática. Washington no abandona la región, pero tampoco va a cargar con responsabilidades que le corresponden a otros actores locales.
Este modelo de liderazgo no implica desinterés, sino una reorientación de recursos y estrategias hacia prioridades más urgentes.
Conclusión: Una Nueva Era Para Siria Y Medio Oriente
El acuerdo entre los kurdos y Damasco es el resultado de un nuevo equilibrio geopolítico en Medio Oriente. Con Estados Unidos adoptando un enfoque estratégico y realista, los actores locales han debido asumir la responsabilidad de sus propios conflictos y buscar soluciones independientes.
Julani sigue afianzando su poder con tácticas brutales, mientras Turquía y Rusia juegan sus propias cartas en la región.
La lección es clara: quien quiera estabilidad debe construirla por sí mismo.
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