La Administración Federal de Carreteras suspende el programa NEVI
“Trump frena fondos para cargadores de autos eléctricos”, en una clara señal de que la política energética de su segundo mandato no seguirá el camino de la administración anterior. La Administración Federal de Carreteras (FHWA) anunció la suspensión del Programa de Fórmula NEVI (Infraestructura Nacional de Vehículos Eléctricos), una iniciativa de 5 mil millones de dólares impulsada por Joe Biden en 2021 para expandir la red de cargadores de autos eléctricos en los estados.
En una carta enviada el 6 de febrero a los directores del Departamento de Transporte estatal, Emily Biondi, administradora asociada de la Oficina de Planificación, Medio Ambiente y Bienes Raíces, confirmó la decisión. “El nuevo liderazgo del Departamento de Transporte (US DOT) ha decidido revisar las políticas subyacentes a la implementación del Programa de Fórmula NEVI”, explicó. En consecuencia, la FHWA anuló de inmediato todas las directrices previas del programa, dejando sin efecto la aprobación de planes estatales.
Se acabó la prioridad de los vehículos eléctricos
Este movimiento representa un golpe significativo para la agenda progresista-globalista de electrificación forzada impulsada por la administración Biden. La Ley de Inversión en Infraestructura y Empleo de 2021 había asignado miles de millones de dólares a la instalación de estaciones de carga en carreteras de todo el país, favoreciendo la transición a los vehículos eléctricos y alineándose con los intereses de las grandes automotrices y grupos ambientalistas.
Sin embargo, con la llegada de un gobierno que prioriza la independencia energética de Estados Unidos y el fortalecimiento de la industria de combustibles fósiles, el futuro de esta infraestructura se torna incierto. La carta de la FHWA deja claro que no se aprobarán nuevos planes hasta que se emita una nueva guía final, lo que en la práctica significa la paralización del programa.
Revisión de políticas y golpe al lobby climático
La suspensión de los fondos no solo representa un cambio en la política de infraestructura, sino también una declaración contra la imposición de regulaciones que favorecen artificialmente la electrificación. La administración Trump ya había mostrado escepticismo sobre la viabilidad de los autos eléctricos sin subsidios gubernamentales y cuestionado la presión para eliminar gradualmente los motores de combustión interna.
La industria automotriz, por su parte, ya había comenzado a dar señales de retroceso en sus ambiciosos planes eléctricos. En 2024, varios fabricantes anunciaron la postergación de sus objetivos de electrificación debido a la baja demanda y los altos costos de producción. Ahora, con la eliminación del respaldo gubernamental, la transición forzada hacia los vehículos eléctricos podría desacelerarse aún más.
Un giro hacia la autosuficiencia energética
El nuevo rumbo energético de la administración Trump busca desmantelar las políticas que priorizaban la electrificación sobre la autonomía energética. En su primer mandato, Trump promovió la producción nacional de petróleo y gas, revocó regulaciones ambientales restrictivas y redujo subsidios innecesarios que distorsionaban el mercado automotriz.
Este cambio de enfoque también se ve reflejado en la gestión de crisis ambientales recientes. En Los Ángeles, el incendio de vehículos eléctricos con baterías de iones de litio generó serios problemas de limpieza y seguridad, evidenciando los riesgos asociados con esta tecnología. Sin una infraestructura de reciclaje adecuada y con la creciente preocupación por la explotación minera necesaria para fabricar baterías, la apuesta masiva por los autos eléctricos empieza a mostrar sus debilidades.
Una victoria para la libertad de mercado
La decisión de suspender el programa NEVI es un paso clave hacia una política de infraestructura más realista y alineada con los intereses nacionales. La imposición de una transición forzada a los vehículos eléctricos, impulsada por subsidios y regulaciones, había creado una distorsión artificial en el mercado. Ahora, con un enfoque basado en la autosuficiencia y la libre competencia, Estados Unidos tiene la oportunidad de definir su política energética sin someterse a los dictados de la agenda climática globalista.
En este contexto, el segundo mandato de Trump reafirma su compromiso con la independencia energética y con la eliminación de políticas diseñadas para beneficiar a corporaciones alineadas con intereses ideológicos. La suspensión del programa NEVI puede ser el comienzo de una serie de reformas que busquen devolver la lógica de mercado al sector automotriz y asegurar que la infraestructura del país se construya en función de la demanda real, y no de los caprichos de una élite globalista desconectada de la realidad económica.
⨀ Lorenzo Echemendía Morales colaboró en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine.