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Trump Restablece Sanciones a Cuba ¿Dictadura Bajo la Mira?

"Havana, Cuba" by szeke is licensed under CC BY-SA 2.0.
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Donald Trump revierte la política de Biden y designa a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo

En un contundente primer acto de su nuevo mandato, el presidente Donald Trump restableció la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo. La medida, anunciada el lunes tras su juramentación como el 47º presidente de los Estados Unidos, revierte una controvertida decisión de la administración de Joe Biden, quien había eliminado a Cuba de dicha lista apenas unos días antes.

La decisión de Biden fue promovida como parte de un acuerdo mediado por el Vaticano para liberar a presos políticos en la isla. Sin embargo, este gesto fue percibido por muchos como una concesión débil hacia un régimen que ha demostrado ser una dictadura despiadada durante más de seis décadas.

Un régimen cruel disfrazado de revolución

El gobierno cubano, encabezado por Miguel Díaz-Canel, reaccionó con furia ante la decisión de Trump, calificándola de “arrogancia” y “desprecio por la verdad”. En declaraciones publicadas en redes sociales, Díaz-Canel afirmó que las sanciones buscan “intensificar la guerra económica” contra la isla. Pero estas palabras no logran ocultar la cruda realidad: Cuba sigue siendo una dictadura que oprime a su pueblo, limita las libertades y emplea tácticas represivas para silenciar a los disidentes.

La liberación de un puñado de presos políticos, entre ellos Reyna Yacnara Barreto Batista, fue presentada como un gesto humanitario por el régimen cubano. Sin embargo, las autoridades advirtieron que estas liberaciones estaban condicionadas a la “buena conducta” de los liberados, dejando claro que el gobierno sigue utilizando a los prisioneros como piezas en su juego político.

Trump endurece su postura

El restablecimiento de la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo marca un regreso a la política de línea dura de Trump hacia el régimen cubano. Según el exsecretario de Estado Mike Pompeo, esta designación se justifica por el apoyo de Cuba a actos de terrorismo internacional, incluido el refugio otorgado a líderes de grupos guerrilleros como el ELN, quienes orquestaron ataques mortales mientras se encontraban en La Habana para negociaciones de paz.

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Trump dejó claro que no tolerará la hipocresía de un régimen que se presenta como víctima mientras continúa reprimiendo a su población y apoyando actividades ilícitas a nivel internacional. Esta decisión refuerza las sanciones económicas ya impuestas, enviando un mensaje inequívoco de que Estados Unidos no será cómplice de las atrocidades del gobierno cubano.

La estrategia fallida de Biden

En contraste, la administración de Joe Biden optó por suavizar las políticas hacia Cuba, bajo el argumento de fomentar el diálogo y la cooperación. Esta estrategia resultó en un alivio temporal para el régimen, que utilizó la oportunidad para ganar tiempo y recursos mientras seguía perpetuando sus prácticas represivas.

Los críticos de Biden argumentaron que su decisión de eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo era un error estratégico que socavaba los esfuerzos por responsabilizar al régimen de sus crímenes. Trump, al revertir esta medida, reafirma su compromiso de no ceder ante dictaduras que explotan los derechos humanos en nombre de una ideología fallida.

Cuba y el Vaticano: complicidad silenciosa

El papel del Vaticano en este acuerdo también genera interrogantes. Si bien la Iglesia Católica se presenta como un defensor de los derechos humanos, su mediación en favor de un régimen opresor pone en duda su imparcialidad. Al celebrar el Jubileo de 2025 como pretexto para liberar prisioneros, el Vaticano parece haber ignorado las décadas de abusos sistemáticos cometidos por el gobierno cubano.

La decisión de Trump no solo expone la hipocresía del régimen cubano, sino también la de aquellos actores internacionales que, en nombre de la diplomacia, otorgan legitimidad a una dictadura que niega las libertades fundamentales de su pueblo.

Conclusión: firmeza frente a la dictadura

La política de Donald Trump hacia Cuba refleja una postura clara y firme contra las dictaduras que oprimen a sus pueblos y amenazan la estabilidad internacional. En contraste con la debilidad de la administración Biden, Trump ha dejado claro que no tolerará concesiones hacia un régimen que continúa violando los derechos humanos.

El pueblo cubano merece algo mejor que las promesas vacías de su gobierno y la complicidad de quienes, desde el exterior, prefieren mirar hacia otro lado. La medida de Trump es un paso necesario para responsabilizar al régimen cubano y dejar claro que Estados Unidos no será cómplice de su tiranía.

⨀ Foto: “Havana, Cuba” by szeke is licensed under CC BY-SA 2.0.