Trump y el Congreso prometen exponer la verdad sobre la manipulación global
“El gran engaño del COVID: el control fue la verdadera pandemia” no radica únicamente en la hipótesis, cada vez más aceptada, de que el virus fue desarrollado en un laboratorio de Wuhan financiado con dinero estadounidense. La verdadera cuestión es cómo los gobiernos usaron la crisis como pretexto para instaurar medidas draconianas, erosionar libertades individuales y transformar a las sociedades en estados de control.
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y una mayoría republicana en el Congreso, se ha prometido una investigación a fondo sobre el manejo de la pandemia. Pero en Hombres Sabios, entendemos que más importante que descubrir si el virus escapó de un laboratorio es exponer el gigantesco andamiaje de manipulación que permitió a los gobiernos imponer cuarentenas forzadas, censurar la disidencia y consolidar el mayor experimento de control social en la historia reciente.
De teoría conspirativa a realidad aceptada
Lo que en 2020 era calificado como una “teoría conspirativa” hoy es una hipótesis reconocida incluso por agencias gubernamentales estadounidenses. El FBI y el Departamento de Energía han señalado que la fuga del laboratorio de Wuhan es la explicación más probable para el origen del COVID-19. Investigaciones del Congreso han revelado que científicos financiados con dinero de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) trabajaron en investigaciones de “ganancia de función”, alterando virus para hacerlos más transmisibles.
El problema no es solo el origen del virus, sino cómo se ocultó deliberadamente información clave. Durante la administración Biden, agencias gubernamentales se han negado sistemáticamente a revelar documentos cruciales sobre la financiación de estos experimentos en Wuhan. Los investigadores que promovieron las medidas de confinamiento y censura también jugaron un papel en la ocultación de datos que habrían permitido comprender mejor la naturaleza del virus y la necesidad —o no— de las restricciones impuestas.
Trump, el Congreso y la promesa de transparencia
Con el nombramiento del profesor de Stanford, Jay Bhattacharya, como director de los NIH, se espera una revisión radical en la gestión de la investigación biomédica. Bhattacharya, una de las voces críticas contra los confinamientos y las medidas arbitrarias durante la pandemia, ha denunciado el encubrimiento de información sobre los orígenes del COVID-19 y ha sido defensor de la teoría de la fuga de laboratorio.
Por otro lado, la nominación de Tulsi Gabbard como directora de Inteligencia Nacional también sugiere que la administración Trump podría desclasificar documentos hasta ahora ocultos. Gabbard ha expresado su escepticismo sobre la narrativa oficial de la pandemia y ha señalado que el pueblo estadounidense merece conocer la verdad completa.
En el Congreso, el senador Rand Paul asumirá un papel clave al liderar el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado. Paul ha sido un crítico feroz del Dr. Anthony Fauci y del NIH, y ha acusado a estas instituciones de haber colaborado en la creación de un virus con dinero de los contribuyentes. Su proyecto de Ley de Revisión de Investigaciones Riesgosas, que busca limitar la financiación de estudios que manipulan patógenos para hacerlos más peligrosos, tiene ahora más posibilidades de convertirse en ley.
Más que un virus: un modelo de control global
Pero en Hombres Sabios sabemos que la clave no es solo el origen del virus, sino el modelo de control que se implementó con su llegada. La pandemia sirvió como laboratorio para probar hasta dónde podía llegar la manipulación de masas:
- Confinamientos forzosos: Se destruyeron economías y se sometió a poblaciones enteras a reclusión sin bases científicas sólidas.
- Censura totalitaria: Cualquier disidencia fue silenciada por grandes tecnológicas en coordinación con gobiernos y organismos internacionales.
- Pasaportes sanitarios: Se intentó instaurar un sistema de vigilancia en el que la libertad de movimiento dependía de obedecer órdenes sanitarias.
- Narrativa única: Se atacó cualquier voz que cuestionara las medidas impuestas, desde médicos hasta periodistas independientes.
Las medidas impulsadas por las élites globalistas durante la pandemia no fueron temporales. Crearon un precedente de sumisión que puede ser reutilizado en futuras crisis, ya sean sanitarias, climáticas o económicas.
La gran revelación que está por venir
Con Trump nuevamente en el poder, Estados Unidos podría estar a punto de una de las mayores revelaciones de su historia reciente. Sin embargo, la pregunta no es si finalmente conoceremos la verdad o parte de la verdad de manera oficial, sino si la población estará dispuesta a aceptarla después de años de programación mediática.
La pandemia de COVID-19 no fue solo una crisis sanitaria; fue una operación masiva de manipulación social. Y si algo demostró fue que la sumisión de las masas es posible con el miedo como herramienta. Ahora, el desafío será revertir el daño y asegurarse de que nunca más vuelva a repetirse un experimento de esta magnitud.