Sergio Guarda colaboró en la redacción de este artículo de manera exclusiva para Hombres Sabios Magazine, basado en un artículo de Patrick Lawrence, corresponsal en el extranjero durante muchos años, principalmente para el International Herald Tribune.
El escándalo Epstein vuelve a la luz con la liberación de documentos censurados por el Departamento de Justicia. Pam Bondi, Fiscal General de Trump, prometió transparencia, pero los archivos han sido editados bajo el pretexto de “seguridad nacional”. ¿Es Trump un verdadero opositor del Estado Profundo o simplemente juega dentro de sus límites? El encubrimiento continúa y las conexiones con la élite siguen sin exponerse.
El Caso Epstein Y La Lucha De Poder En El Estado Profundo
La Promesa De Transparencia Que Nunca Llega
El escándalo Epstein es una sombra persistente sobre la élite política y financiera. Tras años de encubrimiento, la reciente liberación de documentos prometía arrojar luz sobre los implicados. Sin embargo, Pam Bondi, Fiscal General en la administración Trump, ha jugado una carta decepcionante: tras anunciar con bombos y platillos la llegada de miles de archivos inéditos, resulta que estos serán censurados bajo la excusa de “seguridad nacional”.
Este nuevo capítulo en el caso Epstein demuestra que las instituciones siguen protegiendo a los mismos actores que durante décadas han manipulado la justicia. La pregunta es evidente: ¿está Trump verdaderamente enfrentando al Estado Profundo o simplemente navegando en sus turbulentas aguas sin desafiar su núcleo más oscuro?
Una Guerra Burocrática O Un Montaje Político Más?
La estrategia de Bondi despierta sospechas. Primero, su insistencia en la transparencia y en la exposición de documentos clave. Luego, el giro abrupto: los archivos están “protegidos” por cuestiones de seguridad nacional. Un recurso clásico cuando se trata de ocultar la verdad.
Más aún, la renuncia de James Dennehy, director de la oficina del FBI en Nueva York, coincide con este momento crítico. ¿Es casualidad o forma parte de una purga interna dentro de la administración Trump? Si la intención de Trump y su equipo fuera revelar la magnitud del escándalo Epstein, ¿por qué no han actuado con mayor determinación contra quienes encubren el caso desde hace años?
La promesa de limpieza dentro del Departamento de Justicia y el FBI podría ser solo una cortina de humo para legitimar una lucha de poder interna. El Estado Profundo es un laberinto de alianzas y traiciones, y Trump, aunque posicionado como un opositor, ha demostrado estar dispuesto a usar sus mecanismos cuando le conviene.
La Mano Invisible Del Estado Profundo
La insistencia en la “seguridad nacional” como justificación para la censura sugiere que los documentos contienen información que compromete a agencias de inteligencia, redes de chantaje y figuras clave del poder globalista. Esto plantea interrogantes incómodas:
- ¿Por qué se considera un asunto de seguridad nacional la red de tráfico sexual de un delincuente ya fallecido?
- ¿Qué implicaciones internacionales existen en el caso Epstein que no pueden salir a la luz?
- ¿Quiénes dentro del gobierno de EE.UU. o sus aliados estuvieron involucrados?
La conexión entre Epstein y figuras del poder global no es un secreto. Documentos previos han expuesto una lista de nombres influyentes, incluyendo al príncipe Andrés, Alan Dershowitz, Bill Clinton, Ehud Barak y otros magnates, políticos y empresarios. Sin embargo, la administración Trump no ha mostrado ningún interés en perseguir judicialmente a estos individuos.
Si Bondi y el equipo de Trump estuvieran realmente comprometidos con la transparencia, exigirían la publicación completa de los archivos sin ediciones. Pero al igual que con los documentos de Kennedy y Martin Luther King Jr., las “revelaciones” vienen pre-filtradas para no alterar el orden establecido.
El Factor Israel Y La Hipocresía De La Administración Trump
No puede pasarse por alto el vínculo entre Epstein y el aparato de inteligencia israelí. Varios informes y testimonios han señalado que Epstein operaba una red de chantaje con conexiones en el Mossad, lo que explicaría la cautela con la que se manejan los documentos.
Trump, aunque opositor del Estado Profundo en ciertos frentes, ha demostrado un respaldo inquebrantable a Israel. Su administración ha fortalecido los lazos con el sionismo internacional, lo que hace poco probable que permita que se expongan los nexos entre Epstein y la inteligencia israelí.
Esta relación explica por qué no hemos visto una limpieza real dentro del FBI y por qué los mismos círculos de poder siguen intactos. Mientras el pueblo estadounidense es distraído con escándalos menores y luchas internas ficticias, los verdaderos arquitectos del encubrimiento siguen operando en las sombras.
¿Qué Podemos Esperar?
El patrón es claro:
- Se prometen revelaciones explosivas.
- Se filtran documentos seleccionados y censurados.
- Se protege a las élites involucradas.
- Se manipula la narrativa para desviar la atención del público.
El caso Epstein no es solo una historia de perversión y crimen, es una demostración de cómo el poder se protege a sí mismo a costa de la verdad. No debemos caer en la trampa de creer que Trump, Bondi o cualquier otra figura dentro del aparato estatal realmente buscan justicia. Si así fuera, los clientes de Epstein estarían tras las rejas, y no en posiciones de poder.
Los próximos días serán clave. ¿Veremos documentos reveladores o simplemente otra farsa para apaciguar a la opinión pública? La historia nos dice que será lo segundo. Pero la pregunta sigue en pie: ¿hasta cuándo permitiremos que nos sigan engañando?