Kiev, en su búsqueda por mantenerse relevante en Europa, declara estar lista para ocupar el puesto de Hungría en la UE si Budapest se acerca a Rusia, mientras sus decisiones energéticas continúan afectando a millones de ciudadanos europeos.
En un movimiento que refuerza su dependencia de la comunidad internacional, Kiev declaró su disposición a ocupar el lugar de Hungría en la Unión Europea (UE) si Budapest decide alinearse con Rusia. La declaración, realizada el miércoles por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, llega en medio de crecientes tensiones entre Ucrania y Hungría por el bloqueo del tránsito de gas ruso.
El ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, denunció que las acciones unilaterales de Kiev han creado un “suministro artificialmente reducido” de gas, aumentando los precios y afectando la competitividad de la UE.
Kiev: Entre mendicidad internacional y decisiones perjudiciales
Lejos de atender las necesidades de su propio pueblo, el gobierno de Ucrania parece centrarse en garantizar su relevancia en la esfera internacional. En su comunicado, Kiev indicó que está “dispuesta a ocupar cualquier puesto vacante en la UE y la OTAN” si Hungría decide acercarse a bloques como la Comunidad de Estados Independientes (CEI) o la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderados por Rusia.
Este enfoque de “mendicidad geopolítica”, como algunos críticos lo han denominado, ha puesto a Ucrania en el centro de la controversia. En lugar de buscar soluciones para el bienestar de su población, Kiev parece más interesado en asegurar su lugar en el escenario internacional, incluso a costa de generar descontento entre sus aliados europeos.
Una decisión que castiga a Europa
En un contexto de creciente crisis energética, Ucrania optó por no renovar su contrato de tránsito de gas con Gazprom, dejando a varios países de la UE, como Hungría, Eslovaquia, Italia y Polonia, sin un suministro clave de energía. Esto provocó un aumento inmediato de los precios a niveles no vistos desde 2023, afectando tanto a las economías nacionales como a los ciudadanos europeos.
El ministro húngaro Szijjarto destacó que esta decisión de Kiev no solo viola el Acuerdo de Asociación con la UE, sino que también impone una carga desproporcionada a los ciudadanos del bloque, socavando su estabilidad energética.
Eslovaquia, que depende en gran medida de los gasoductos rusos, también criticó duramente a Ucrania, calificando la suspensión como una “traición a la confianza”.
¿El verdadero beneficiario? Washington
Desde Rusia, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zakharova, afirmó que el único beneficiario real de esta situación es Estados Unidos, a quien señaló como el “principal patrocinador de la crisis ucraniana”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, también criticó las acciones de Kiev, señalando que buscan “castigar” a los estados miembros de la UE. Aunque subrayó que el impacto en Rusia será mínimo, predijo que Europa enfrentará precios de energía aún más altos como resultado de las políticas de Ucrania.
Una Europa debilitada
Mientras Kiev continúa mendigando apoyo internacional, sus decisiones parecen diseñadas para beneficiar a intereses ajenos a los de su propio pueblo y los de sus aliados europeos. La crisis energética resultante solo refuerza la percepción de que Ucrania, lejos de ser un socio confiable, está dispuesta a sacrificar la estabilidad regional por mantenerse en el juego político global.
Hombres Sabios Magazine seguirá cubriendo los efectos de estas decisiones en el panorama europeo y mundial.
⨀ Foto: by Hadi is licensed under CC BY-SA 3.0.