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Sam Altman defiende donación al fondo inaugural de Trump

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El CEO de OpenAI responde a críticas de senadores demócratas y asegura que su donación fue personal y no asociada a su empresa.

El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, respondió recientemente a las críticas de los senadores demócratas Elizabeth Warren (D-MA) y Michael Bennet (D-CO), quienes cuestionaron su donación de un millón de dólares al fondo inaugural del presidente electo Donald Trump. En una carta enviada al empresario, los legisladores acusaron a Altman y a otros líderes tecnológicos de intentar influir en las políticas de la administración entrante a través de sus aportes económicos.

Altman, quien compartió su respuesta en una publicación en X (anteriormente Twitter), calificó las acusaciones como infundadas y defendió su decisión. “Es curioso, nunca me enviaron uno de estos por contribuir con los demócratas…”, señaló en un tono irónico, aludiendo a su historial de donaciones a políticos demócratas en el pasado.

Una donación personal, no empresarial

El CEO de OpenAI dejó claro que su donación fue una decisión personal y no tuvo relación alguna con su empresa. “Fue un aporte personal como dices, estoy confundido con las preguntas dado que mi empresa no tomó una decisión”, afirmó Altman en una publicación posterior, desestimando cualquier implicación de OpenAI en su contribución al fondo inaugural.

Altman fue uno de varios ejecutivos de tecnología destacados, incluyendo a Mark Zuckerberg de Meta, Tim Cook de Apple, Jeff Bezos de Amazon y Elon Musk de Tesla, que realizaron aportes al fondo inaugural del presidente electo. Todos ellos recibieron cartas similares de los senadores Warren y Bennet.

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Contexto de las críticas

El escrutinio sobre las donaciones al fondo inaugural de Trump refleja las tensiones entre las grandes empresas tecnológicas y la clase política estadounidense. Durante la presidencia de Joe Biden, los demócratas acusaron a los gigantes tecnológicos de poseer una influencia desproporcionada en la política, calificándolos de una “oligarquía peligrosa”.

En su discurso de despedida, Biden advirtió sobre el poder concentrado de estas corporaciones, afirmando:


“Hoy en día, está tomando forma en Estados Unidos una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que literalmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades básicos y la oportunidad justa para que todos salgan adelante”.

Los republicanos, por su parte, han señalado la hipocresía de estas críticas, destacando cómo las grandes empresas tecnológicas donaron millones de dólares a los demócratas en ciclos electorales anteriores. En 2020, por ejemplo, Alphabet (empresa matriz de Google) contribuyó con 12 millones de dólares a la campaña de Biden, mientras que Amazon aportó casi 10 millones de dólares.

Elon Musk, un aliado de Trump

La controversia sobre las donaciones también ha destacado la creciente cercanía entre Trump y Elon Musk, quien se ha convertido en uno de los aliados clave del presidente electo. Musk, junto con Bezos y Zuckerberg, planea asistir a la ceremonia inaugural, según reportes recientes.

El papel de los gigantes tecnológicos en la política sigue siendo un tema divisivo, y las donaciones al fondo inaugural de Trump no han hecho más que intensificar el debate sobre el impacto de estas empresas en la democracia estadounidense.

Respuesta republicana

En respuesta a las críticas de los senadores demócratas, algunos republicanos han destacado que las donaciones al fondo inaugural reflejan una intención de colaborar con la nueva administración, más que de influir de manera indebida en sus políticas.

Sam Altman, en particular, ha buscado distanciarse de cualquier narrativa de manipulación política. Su mensaje en X dejó claro que su donación no tenía más intención que expresar apoyo personal. Sin embargo, las cartas enviadas por los senadores Warren y Bennet indican que las acciones de los líderes tecnológicos seguirán siendo objeto de un fuerte escrutinio en los próximos meses.