La administración Trump cerró Radio y Televisión Martí, un gasto millonario inútil que jamás logró su supuesto objetivo: socavar la dictadura cubana. Lejos de ser una voz de libertad, la emisora adoptó una línea izquierdista y globalista, despidiendo periodistas por criticar a George Soros. Su cierre representa un golpe a la propaganda y un triunfo para los contribuyentes estadounidenses.