La Corte Suprema asestó un duro golpe a la administración Trump al ordenar el pago de 2 mil millones de dólares a contratistas de USAID. En una votación de 5 a 4, el fallo favoreció a la izquierda judicial y generó indignación entre los jueces conservadores. Samuel Alito calificó la decisión como un "acto de arrogancia judicial" que castiga a los contribuyentes y socava la autoridad presidencial.