Un ex-ejecutivo de Anheuser-Busch destapó la verdad: la alianza entre Bud Light y Dylan Mulvaney no fue “auténtica”, sino un desesperado acto de sumisión a los dioses del progresismo corporativo. ¿El resultado? Una debacle que todavía persigue a la marca, la cual ahora intenta recuperar a los clientes que despreciaron. Pero para volver a ganarse su confianza, primero tendría que disculparse. ¿Lo hará?