La mayor crisis fronteriza en la historia de EE.UU. ha llegado a su fin seis semanas después de la toma de posesión de Donald Trump. El cierre de la frontera ha reducido drásticamente la entrada de inmigrantes ilegales, cumpliendo así una de las promesas clave de su presidencia. Expertos aseguran que la política migratoria de Trump garantizará seguridad y ahorros millonarios al país.