Los funcionarios de Nueva York han decidido ignorar una orden de detención de ICE contra el inmigrante ilegal acusado de quemar viva a una mujer en el metro. Mientras el estado protege a criminales peligrosos bajo su política de "ciudad santuario", las víctimas quedan en el olvido. ¿Hasta cuándo el progresismo globalista pondrá en peligro a los ciudadanos por defender su agenda?