"Activision manipula la experiencia gamer" es la preocupación central de quienes analizan las nuevas patentes y tecnologías implementadas en títulos como Call of Duty. La compañía, a través de sus innovadoras pero cuestionables estrategias, parece dispuesta a someter a los jugadores a un entorno artificial que maximiza sus ganancias, a costa de alterar la autenticidad de la experiencia lúdica. Con métodos que incluyen el monitoreo extremo del usuario y el uso indebido del poder computacional, Activision enfrenta críticas de diversos sectores que exigen mayor transparencia y ética en la industria.