Los precios de la gasolina han bajado significativamente en Estados Unidos desde que Donald Trump asumió su segundo mandato. Tras años de aumentos bajo la administración Biden, el precio promedio de la gasolina regular cayó a $3.083 por galón, muy por debajo del récord de más de $5 por galón en 2022. ¿Es esto resultado de la política energética de Trump, o estamos ante una maniobra del mercado global?
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La nueva estrategia arancelaria de Donald Trump refuerza la economía estadounidense al proteger la industria del acero y el aluminio. Con aranceles del 25% y 20% sobre importaciones clave, Trump busca corregir décadas de desequilibrio comercial y fortalecer la producción nacional. Aunque la UE, China y Canadá han respondido con represalias, el enfoque firme de la Casa Blanca es una apuesta clara por la soberanía económica y la seguridad industrial.
La economía tambaleante, los planes de jubilación debilitados y la constante cobertura mediática sobre los precios parecen estar afectando la percepción pública de la presidencia de Donald Trump a menos de dos meses de su segundo mandato. Según una reciente encuesta de Emerson College Polling, la aprobación del presidente ha bajado, principalmente debido a la desaprobación de su gestión económica. A pesar de ello, su base de seguidores sigue firme, respaldando sus políticas en inmigración y reducción del gasto público.
Las acciones estadounidenses sufrieron una fuerte caída el lunes, con el Dow Jones perdiendo 890 puntos, afectado por la incertidumbre en torno a la política arancelaria de la administración Trump. Mientras el presidente advierte sobre un “período de transición”, los inversores muestran preocupación por los efectos de estas medidas en la economía. La volatilidad domina los mercados y el nerviosismo crece en Wall Street.
Donald Trump destroza el mito del "libre comercio" y anuncia aranceles recíprocos para acabar con la estafa globalista. Mientras EE.UU. ha abierto sus puertas de par en par, países como China, India y la UE han protegido sus mercados con impuestos y barreras. ¿El resultado? Un saqueo descomunal de la riqueza americana. Pero ahora, el juego ha cambiado: el dinero se queda en casa.
Apple y Microsoft han anunciado inversiones millonarias en infraestructura dentro de Estados Unidos, proclamando su amor por la innovación nacional. Mientras tanto, desvían fondos de operaciones internacionales y buscan asegurar su dominio en la inteligencia artificial y la energía. ¿Un acto de patriotismo o una jugada para consolidar poder y favores políticos? La gran tecnología sigue moviendo las fichas a su conveniencia.
Los nuevos aranceles del 25% impuestos por la administración Trump sobre las importaciones de México y Canadá podrían encarecer los automóviles hasta en 12.000 dólares,…