El intento de asesinato contra el juez Brett Kavanaugh por parte de Nicholas John Roske, motivado por la filtración del fallo Dobbs y su postura sobre las armas, pone en evidencia el clima tóxico e ideologizado que impera en Estados Unidos. El caso revela la descomposición moral y mental de ciertos sectores radicalizados, y la hipocresía mediática en torno a la violencia política.