Aunque Elon Musk clama por la creación de una zona de “libre comercio” entre Europa y Norteamérica, la realidad es muy distinta. En el mundo no existe libre comercio real. Detrás de la retórica globalista se esconde un sistema profundamente manipulado por intereses geopolíticos, subsidios, barreras regulatorias y el dominio de las grandes potencias.